Con menos incógnitas
Los tipos de interés de largo plazo han vuelto a descender, tanto en EE UU como en la UEM, donde han registrado mínimos históricos. En este contexto, los tipos reales se mantienen en niveles considerados como significativamente bajos. La gran incógnita del último año. ¿Cuáles han sido las razones que han llevado a los bonos a estos niveles de rentabilidad? Por un lado, el ajuste a la baja en las expectativas de política monetaria. En EE UU este ajuste viene por la decepción de las expectativas de repunte de la inflación subyacente y de la reducción de la confianza empresarial. La apreciación del dólar también ha ayudado.
En Europa, con una inflación bajo control, y con decepción en las confianzas y la actividad, las expectativas de subidas de tipos se retrasan hacia finales de 2006. A corto plazo, no parece sencillo que vaya a producirse un ajuste al alza de estas expectativas que soporte un repunte de tipos largos. En sentido contrario, es más probable que siga habiendo presiones para bajar tipos, que pueden acentuarse en el contexto de incertidumbre institucional.
Los tipos de interés aumentarán en los próximos meses de forma limitada, aunque la subida podría ser algo mayor en EE UU
Por otro lado, también los movimientos de flujos de capital contribuyen a mantener bajos los tipos de largo plazo. La posibilidad de que la acumulación de reservas de los bancos centrales asiáticos se esté reactivando y que algunos inversores institucionales se vean obligados a demandar activos de deuda pública de larga duración contribuyen a mantener bajas las rentabilidades.
Por último, es posible que la mayor globalización esté favoreciendo también una reducción de los tipos de interés reales. El ahorro mundial está aumentando como resultado de la aportación de los países asiáticos, que más compensan el descenso de los países desarrollados. En un contexto de mayor ahorro y de reducción del sesgo doméstico de los inversores, este hecho podría justificar tipos reales más bajos, aunque su impacto es difícil de cuantificar.
En consecuencia, los tipos de interés aumentarán en los próximos meses de forma limitada. El aumento podría ser algo mayor en EE UU ante un ajuste al alza las expectativas de tipos oficiales de la Reserva Federal. En la UEM, el aumento de tipos largos vendría asociado a la mejoría de los datos de actividad en Europa que permita al BCE aumentar sus tipos a finales de 2006, y a una reducción de la incertidumbre institucional y una recuperación de la confianza.
Sonsoles Castillo es economista del Servicio de Estudios Económicos del BBVA.
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