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Reportaje:

Sin ambulancia a 50 kilómetros de casa

Los enfermos afectados por la huelga en el transporte sanitario se quejan de la falta de información y las incomodidades que sufren

Oriol Güell

Para un enfermo de cáncer o que acaba de ser sometido a diálisis, el trayecto del hospital a casa siempre es duro. Tras ser sometidos a quimioterapia o estar cuatro horas conectados a la máquina que les depura la sangre, el paciente dice sentirse "molido", "hechos polvo" o "sin ganas de nada".

En los dos últimos días, además, han tenido que hacer frente a un obstáculo más: la huelga de ambulancias, que ayer tuvo por segundo día una incidencia masiva al ser incumplidos por los trabajadores los servicios mínimos decretados por la Consejería de Sanidad.

En algunos hospitales, como La Paz o el 12 de Octubre, que atienden la zona norte y la sur de la región respectivamente, los pacientes suman un tercer obstáculo: sus hogares están a 50 kilómetros o más de la puerta del hospital. Y en estos días, además, las esperas por un taxi o el coche de un familiar, bajo el sol y con más de 35 grados, se hacen aún más duras.

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"Nos ha costado 42 euros el taxi desde Aranjuez esta mañana", exclamó, indignada, Josefa Nava, en la puerta principal del 12 de Octubre. "Yo me he gastado 25 para venir de Algete y otros tantos que me costará volver", afirmó Carlos Martos, de 75 años, frente al hospital de La Paz. "Mi mujer, con la prótesis, los dolores y el tumor, no se merece esto. Hemos estado desde las seis y media de la mañana llamando a las ambulancias... y todo lo que nos han dicho es que hiciéramos lo que buenamente pudiéramos", se quejó.

"Yo me he asustado esta mañana", añade Julia, hija de otra paciente de La Paz. "Mi madre está muy delicada y no teníamos a nadie que nos pudiera traer. Me he levantado a las seis y he llamado mil veces a las ambulancias. Al final, cuando ya eran las nueve, he llamado a un taxi. Entre una vecina, el taxista y yo la hemos conseguido llevar al coche. Normalmente los chicos de la ambulancia la suben y bajan hasta casa. Ahora no sé qué vamos a hacer al volver", explicó.

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Las quejas de los enfermos y sus familiares se repetían en los dos hospitales: se sienten impotentes y víctimas de una huelga frente a la que la Consejería de Sanidad no les ofrece ninguna alternativa. "En taxi, para el que lo pueda pagar. Si no, en autobús o con el coche de algún amigo. ¿Y qué hacemos si no puede acompañarnos nadie?", se preguntó Luzdivino Arias, de 29 años, que abandonó acompañado de su mujer, con paso vacilante, gesto dolorido y bastón en mano, el hospital 12 de Octubre tras ser sometido a radioterapia.

Las historias que cuentan los afectados coinciden en lo esencial: nervios en la víspera por un traslado incierto al hospital, madrugón para llamar al servicio de ambulancias, respuestas evasivas y contradictorias, la sensación de que los distintos servicios telefónicos se pasan la pelota unos a otros y, finalmente, un lento y dolorido paseo hasta encontrar un taxi. La alternativa es pedir ayuda a un familiar o amigo.

¿Quién pagará los taxis que usan estos días los enfermos? Tampoco reciben en esto una respuesta clara. Algunos servicios, como la diálisis para enfermos crónicos del 12 de Octubre, recomiendan a los pacientes guardar los recibos para que Sanidad se haga cargo de ellos. "A mí me han dicho que los tendré que pagar yo", se queja Carlos Martos. Un portavoz de Sanidad explicó ayer que la recomendación "es guardar los recibos para que luego se articule un sistema para financiar su coste".

La huelga de ambulancias y transporte sanitario afecta a los 500 vehículos y 950 trabajadores que este sector tiene en la región. Es un sector privado, pero que destina el 85% de sus recursos al concierto que mantiene con la sanidad pública. Cada día laborable realiza 9.000 traslados en la región.

Las dos primeras jornadas de huelga, que continuará la semana que viene -de martes a jueves- y será indefinida a partir del 28 de junio, han paralizado al sector, al incumplir los trabajadores los servicios mínimos impuestos por la Consejería de Sanidad. UGT y CC OO, que reclaman aumentos salariales, cifran el seguimiento del paro por encima del 90%, mientras la patronal Ametra afirma que han sido los piquetes y la "coacción" a los trabajadores los que han paralizado el sector.

Las negociaciones entre Ametra y los sindicatos están rotas desde el pasado martes, aunque fuentes sindicales apuntaron ayer que el Gobierno regional, mediante la Consejería de Empleo y Mujer, está intentando que las dos partes se sienten a negociar el próximo lunes.

"La semana que viene empiezo quimioterapia. Espero que para entonces se hayan puesto de acuerdo, porque esto es una cosa muy mala para nosotros", aventuró Luzdivino Arias.

42 euros para ir en taxi desde Aranjuez al hospital

A Josefa Vara le dolían muchas cosas ayer al mediodía cuando cruzaba la puerta principal del hospital 12 de Octubre. Ella está bien de salud. El paciente es su marido. Pero Josefa tenía ayer muchas cosas de las que quejarse: "Haberme pasado desde las siete a las diez y media colgada al teléfono", "que se me hayan pasado unos a otros como una pelota", "los nervios por si llegábamos tarde a la consulta" y, sobre todo, "¡los 42 euros que nos ha costado venir desde Aranjuez!".

Francisco Santos García, de 81 años, fue operado para aplicarle una prótesis en la rodilla en marzo pasado. "Ha tenido muchas complicaciones y ha estado ingresado dos veces desde entonces", cuenta su esposa.

Además, sufre del corazón y las articulaciones. A la pregunta de cómo se encontraba ayer, Francisco respondía sin dudar: "Mal, muy mal. Además, con este calor y el follón este de las ambulancias...".

Francisco trabajó en la Renfe "48 años, desde los 17", y entiende que los trabajadores hagan huelga. "Pero no así, dejando tirada a la gente", se queja.

El regreso a Aranjuez lo hicieron con su hijo, "que ha tenido que pedir permiso para salir antes del trabajo".

Buscarse la vida tras cuatro horas de diálisis

Tras cuatro horas conectado a la máquina de diálisis, Carlos Martín, de 39 años, abandonó el hospital 12 de Octubre con paso lento y vacilante. "Ya sabes cómo es esto. Te quedas hecho polvo... A mí me han hecho ya tres trasplantes...", explicaba mientras caminaba hacia la puerta principal.

"La huelga de ambulancias es un desastre para nosotros. No sé cómo puede funcionar tan mal. No tenemos información, no sabemos si van a traernos o no. Imagínate lo que será esto como la huelga dure mucho más. Los de diálisis tenemos que venir tres días a la semana", añadió.

Cada día, en turno de mañana y tarde, 24 pacientes reciben tratamiento en el servicio de diálisis para enfermos crónicos del hospital. "En mi turno, afortunadamente ahora estamos más o menos bien de salud y físicamente. Pero muchas veces las personas que reciben diálisis son mayores, algunos inválidos o amputados. Imagínate lo que sería esta huelga para ellos...".

"Hoy he tenido suerte, porque mi hermano ha podido venir. Con lo mal que te sientes con la diálisis, y ahora con el calor, lo que falta es buscarnos la vida para llegar a casa. A ver qué pasa la semana que viene...".

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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