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Columna
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Terratrèmol

José Luis Ferris

El pasado martes, durante la celebración del X Concierto de Música de Fiestas, la Banda Sinfónica Municipal de Alicante y el Orfeón Catábile interpretaron por primera vez el pasodoble Detectiu Terratrèmol, pieza compuesta por el maestro Bernabé Sanchís. El público que llenaba al completo el Teatro Principal de Alicante jaleó el estreno de la composición y aplaudió con entusiasmo, aunque también con desconcierto, un pasodoble atópico y atípico cuya letra denunciaba sin reparo a quienes hacen negocio "matant la memoria / del nostre tan maltractat trist Alacant...".

Lo primero que debió saber ese público es que el detective Terratrèmol es un personaje de ficción, una criatura parida con talento y gracia por el escritor Mariano Sánchez Soler en su novela Alacant Blues. Lo segundo es que Mariano, como su personaje inventado, es un espécimen en vías de extinción pero sumamente necesario para el equilibrio del ecosistema cultural y social que nos ha tocado en suerte. Hablo de uno de los pocos escritores de oficio que conozco, y cuando digo oficio no me estoy refiriendo a esos sagaces mezcladores de palabras bien sonantes que tanto menudean en los nostálgicos juegos florales de aldea o de capital con casino remozado cuyo lustre de posguerra es refugio y solaz de líricos sexagenarios y ociosas poetisas de salón y permanente. Mariano es un escritor de oficio porque si le quitáramos la pluma, el teclado de su PC, la roja melancolía de su PC, no sabría hacer otra cosa que incordiar al prójimo con su verbo fluido y combatiente, pasear por el Alacant de su memoria o envejecer de pena y de un modo prematuro como los barcos que se olvidan en los muelles. Es más, si aceptamos una verdad tan compasiva y absoluta como ésta, que Mariano Sánchez Soler no tiene más oficio ni beneficio que escribir y escribir, llegaremos a la conclusión de que su prolija obra no es otra cosa que un Mariano desleído en palabras, un hombre que pierde sangre en cada gota que escribe porque cada gota que derrama es la pura destilación de sí mismo. Sabiendo esto ya verán cómo el pasodoble creado por Bernabé Sanchís les suena mejor y no les deja indiferentes.

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