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El Museo Fabre de Montpellier recopila en Bilbao sus obras maestras

La exposición del Museo Fabre dedica una especial atención al arte francés hasta llegar al siglo XX

Mientras el Museo Fabre de Montpellier, fundado a principios del siglo XIX, permanece cerrado para someterse a obras de reforma que costarán 61 millones de euros, sus mejores piezas viajan por el mundo para mostrar toda la riqueza de sus colecciones. La exposición De Rafael a Degas. Pintura, dibujo y escultura del Museo Fabre de Montpellier, que ayer se inauguró en la sala de exposiciones del BBVA en Bilbao (plaza de San Nicolás, 4), quiere resumir su carácter a través de 69 obras de las escuelas europeas, seleccionadas por su director, Michel Hilaire, y por Juan J. Luna, conservador jefe del Museo del Prado.

El Fabre cuenta con 1.800 pinturas, 300 esculturas, 4.000 dibujos y más de mil objetos, que abarcan desde el Renacimiento hasta la actualidad.El Museo Fabre es, explicó Juan J. Luna, "grande, rico e interesante". Su selección ha elegido las piezas maestras de la pintura de las escuelas europeas, con especial atención a los artistas franceses y a los peor representados en las colecciones españolas, en un recorrido que comienza con un veronés de mediados del siglo XVI y llega hasta Degas. "El siglo XX en el Museo Fabre requiere otra exposición", puntualizó.

La escuela española está representada por óleos de Zurbarán y Ribera

La pintura se complementa con seis esculturas -entre ellas tres obras de Houdon, una de las cuales retrata a Voltaire sentado, y la Musa, de Canova- y una colección de diez dibujos, que se presentan en un recoleto gabinete. Entre ellos destaca la Virgen con niño, de Rafael, que da título a la exposición.

De Rafael a Degas. Pintura dibujo y escultura del Museo Fabre de Montpellier, que ha sido visitada en su presentación en Madrid por cerca de 41.000 personas, estará abierta en Bilbao hasta el próximo 24 de julio. El Museo Fabre tiene su origen en una treintena de cuadros enviados a la Academia Real de Pintura para crear un museo municipal a principios del siglo XIX. La modesta inciativa recibió un gran impulso cuando en 1825 el artista François-Xavier Fabre, procedente de la región de Montpellier y formado en París e Italia, legó una importante colección de pintura, libros, estampas y dibujos. Las adquisiciones y donaciones han continuado hasta nuestros días para enriquecer los fondos del Museo Fabre, que está considerado entre las cinco mejores pinacotecas regionales de Francia. Su reinaguración está prevista para noviembre de 2006, en el centro de una conurbación que suma 420.000 habitantes.

El eje de la exposición es la escuela francesa, con óleos de Poussin, Bourdon y Monnoyer, del siglo XVII, y Ranc, Greuze, Vernet y Jean-Louis David, como representantes del XVIII, junto a obras de Fabre, el primer benefactor del museo, del que se muestra un autorretrato de madurez y un retrato de su amigo el escultor Canova, con las que se llega hasta el XIX. El recorrido cronológico sigue con Delacroix, Courbet y Corot, y se cierra con el impresionismo de Monet, Berthe Morisot y Degas.

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El caracter enciclópedico de la selección de obras no olvida al resto de las escuelas europeas. La pintura española está representada por dos lienzos, ambos de escenas religiosas, de Zurbarán, y la dramática Santa María Egipciaca, de José de Ribera.

Un óleo abocetado de Rubens introduce las obras de la pintura flamenca del XVII, entre las que destaca una composición de guirnaldas con figuras de Daniel Seghers. Las obras de la escuela italiana proceden del legado de Fabre, quien adquirió las piezas en sus estancias en Italia. Con Los desposorios místicos de Santa Catalina, de Veronés, arranca la exposición; después aparecen en el recorrido obras de Guercino, un retrato pintado por Bernini, o una vista de Venecia, de Guardi. Un retrato infantil de Reynolds, representa a la pintura inglesa.

Una mujer observa la pintura <i>Héctor,</i> de Jacques-Louis David, en la exposición de la sala del BBVA dedicada al Museo Fabre.
Una mujer observa la pintura Héctor, de Jacques-Louis David, en la exposición de la sala del BBVA dedicada al Museo Fabre.FERNANDO DOMINGO-ALDAMA

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