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El acuerdo financiero en la UE queda sólo pendiente de que Londres acepte pagar más

Reino Unido amenaza con el veto si Francia no acepta la reducción de la ayuda agrícola

Carlos Yárnoz

La pelea por el reparto financiero en la Unión Europea se centra casi en exclusiva en que Londres ceda ante las presiones de todos los demás. Así lo constataron ayer en Luxemburgo los ministros de Exteriores de los Veinticinco en una reunión extraordinaria (cónclave) para acercar posiciones ante la crucial cumbre que comienza el próximo jueves. La supervivencia del cheque británico, por el que Bruselas devuelve al Reino Unido unos 5.000 millones al año, se ha convertido en el gran obstáculo para pactar las próximas Perspectivas Financieras (2007-2013) y en un agrio pulso entre Londres y París.

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El ministro británico de Exteriores, Jack Straw, amenazó de nuevo con el veto al inicio de la reunión.Londres empleó ayer la misma táctica que en el anterior cónclave de hace tres semanas sobre el futuro marco financiero: atacó antes de empezar la reunión.

Straw recordó que su primer ministro, Tony Blair; su colega de Finanzas, Gordon Brown, y él mismo han reiterado que están "preparados para recurrir al veto si fuera necesario". Para Straw, "el cheque no es el problema", sino "la perversa" estructura global del presupuesto comunitario, que hoy dedica más del 80% de los recursos a agricultura (casi el 50%) y a la política de cohesión (más del 30%). Como el Reino Unido recibe poco de esos dos capítulos, razona Straw, el cheque es necesario y su propia existencia es sólo "el síntoma" del problema global.

Para Londres, el arreglo debe empezar por reducir el dinero dedicado a la Política Agrícola Común (PAC), del que Francia es el país más beneficiado (10.000 millones en 2003). París no lo admite de ninguna manera y esgrime que en octubre de 2002 ya se pactó congelar las ayudas agrícolas hasta 2013 al mismo nivel que ahora. "Un acuerdo es un acuerdo", dijo a los reunidos Catherine Colonna, ministra francesa de Asuntos Europeos. Lo mismo opina España, el segundo país más beneficiado de la PAC (6.500 millones en 2003).

Y es que, para todos, menos para Londres, la solución para dirimir las divergencias pasa por una congelación y posterior reducción del cheque británico. Pero el Gobierno británico no mueve ficha. Y no lo hará hasta después de las reuniones que Blair mantendrá hoy en Berlín con el canciller alemán, Gerhard Schröder, y mañana con el presidente de la UE, Jean-Claude Juncker, primer ministro de Luxemburgo. Y aun así, esperará hasta la cumbre, a donde llega reforzado, como líder estable, después de congelar su referéndum sobre la Constitución europea, tras el no franco-holandés a la misma y con Schröder ante sus adelantadas elecciones de otoño.

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Por eso, todos piden a Blair un gesto de flexibilidad, como hizo la semana pasada el presidente francés, Jacques Chirac. "Espero que se pueda encontrar un compromiso y que el Gobierno británico contribuya activamente", declaró ayer a la BBC el presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, asistente a la cita de Luxemburgo. Ese compromiso, según coincidieron distintas fuentes consultadas ayer, sólo llegará si Francia cede también y acepta alguna ligera rebaja en el presupuesto agrícola, algo que ya insinuó ayer el ministro alemán, Joschka Fischer.

Hasta entonces, cada país se limita a repetir sus posiciones, como reconoció el ministro español, Miguel Ángel Moratinos, quien añadió que "las negociaciones son muy complicadas para todos, incluso para España". En efecto, España se enfrenta al peligro de perder gran parte del saldo neto (de 48.000 millones entre 2000 y 2006 a 5.000 entre 2007 y 2013) y defiende en solitario fórmulas para mitigar el daño. No esgrime el veto, pero sí avisa: "Si no tenemos lo adecuado para defender los intereses nacionales, no aceptaremos la propuesta", dijo ayer Moratinos.

Para España, el alivio llegaría si la UE acepta que Madrid siga percibiendo dinero del Fondo de Cohesión al menos tres años más, pero la propuesta de la presidencia sólo admite dos ejercicios (2007 y 2008). Straw, que ya acusó a España hace tres semanas de no haber puesto "ni un penique" a las arcas comunitarias desde que ingresó en la UE en 1986, insistió ayer en que las ayudas de cohesión deben centrarse en los países del Este que entraron el año pasado en el club.

Italia también amenaza con el veto porque sus regiones del Sur pierden 8.000 millones en ayudas. Y Portugal no admite reducir en un 20% los 25.000 millones que ha recibido en fondos entre 2000 y 2006 como propone la presidencia de la UE. "Sólo se podrá contentar a unos y otros recortando el cheque británico", repetían ayer diplomáticos franceses.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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