Barcelona hará en verano una campaña para atraer inmigrantes a los mercados

En Cataluña viven más de 400.000 inmigrantes. Constituyen un grupo de consumidores que no suelen comprar en los mercados porque no encuentran en ellos la yuca, las especias, la Meca-Cola, la tahína o la carne halal. El Ayuntamiento de Barcelona, que gestiona 24 mercados municipales, quiere acercar los inmigrantes a los mercados. Al regreso de las vacaciones de verano lanzará una campaña basada en encuentros, visitas, buzoneo y carteles para vender los mercados al colectivo de los inmigrantes, cuya demanda supone el 30% de los productos que se comercializan en Mercabarna.

El consumo de artículos que compran los inmigrantes está creciendo espectacularmente. El 30% de los productos que se comercializan en el mercado central de Mercabarna se importan para cubrir específicamente las demandas de la inmigración. Un ejemplo es la carne. Hace casi un año, el matadero de Mercabarna empezó a sacrificar animales de forma apta para el consumo de los musulmanes. Se trata de la carne halal, que, al igual que el kosher judío, precisa un rito para ser consumida.

En Mercabarna ya pueden encontrarse más de 800 productos entre envasados, frutas y hortalizas, como algas chinas y yuca, además de los ingredientes que componen el cuscús, leche de coco y tahína (pasta de sésamo), entre otros artículos. Pero muchos mercados municipales viven de espaldas al fenómeno de la inmigración.

La mayor parte de las ventas de los productos que consumen los inmigrantes se realizan en pequeñas tiendas de barrio y en restaurantes étnicos, que han proliferado por doquier. En pocos años han aparecido 340 restaurantes afiliados al Gremio de Hostelería de Barcelona, según la entidad empresarial. Los más numerosos son los de comida japonesa, árabe, hindú, mexicana, indonesia y china, entre otras.

"Queremos empezar la campaña en septiembre y prolongarla hasta final de año. Nos volcaremos en explicar las ventajas de los mercados municipales reuniéndonos con las entidades de inmigrantes y a través de la comunicación directa a sus domicilios", dicen fuentes del Instituto Municipal de Mercados de Barcelona (IMMB), que agrupa los mercados barceloneses y preside el segundo teniente de alcalde, Jordi Portabella. "Pretendemos que los inmigrantes descubran que existen unos mercados municipales donde pueden comprar de todo y encontrar los productos que necesitan para sus cocinas", recalca Jordi Torrades, gerente del IMMB.

El mercado de la Boqueria es el ejemplo que seguir. En los alrededores del mercado viven miles de inmigrantes y hace tiempo que se ha hecho fuerte en la venta de productos que éstos reclaman. "Ha habido un gran incremento de ventas de artículos como el plátano africano, la yuca, los zumos, los quesos y la carne", recalca el presidente de los comerciantes de la Boqueria, Manel Ripoll. "En algunos puestos, alrededor un tercio de las ventas corresponden a inmigrantes", añade Ripoll. También ha ganado peso en los últimos tiempos la venta de alimentos consumidos por inmigrantes en el mercado de Montserrat, en Nou Barris, informa el IMMB.

Los mercados municipales de Barcelona están en plena reconversión. Hasta final de la legislatura municipal, en 2007, se rehabilitarán una decena de ellos. La satisfacción de los clientes con los mercados municipales ha tenido altibajos recientemente. La encuesta sobre comercio del Ayuntamiento de Barcelona reflejó el pasado mes de octubre que el 17,6% de los consumidores consultados creen que en el mercado es donde mejor les atienden, por delate de los supermercados, con el 15,9%, y de las tiendas de barrio, con el 52,3%. Hace dos años el porcentaje de quienes se sentían bien atendidos en los mercados era del 27,3%. En marzo de 2001 descendió al 12,3%.