El precio de la libertad

La política de la libertad en un mundo desbocado. Éste es el tema que vertebra este libro que, en realidad, no es tal. En él aparecen las seis conferencias que pronunció Ralf Dahrendorf entre finales de 2001 y principios de 2002, en el Instituto de Ciencias de la Cultura de Essen. El análisis sociopolítico que realiza el autor está obviamente influido por los acontecimientos que entonces se vivieron, tras los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington. Cuatro años después, en todo caso, conservan buena parte de su actualidad.

Lord Ralf Dahrendorf es, posiblemente, uno de los politólogos y sociólogos más influyentes del pasado siglo. Nacido en 1929, fue profesor de Sociología en Hamburgo, Tubinga y Constanza. Durante 10 años -entre 1974 y 1984- fue director de la London School of Economics y, durante otros 10, dirigió el St. Anthony's College, en la Universidad de Oxford, de la que fue vicerrector. Desde 1993 es miembro de la Cámara de los Lores británica.

Estas conferencias versan, sobre todo, sobre la libertad. Sobre cómo lograrla, y cómo conservarla. Y sobre la influencia en esa libertad de la globalización -aunque él prefiere el término a runaway world, un mundo desbocado, de Anthony Giddens-, la anomia, las diferencias entre clases, la pobreza, el nacionalismo y las amenazas autoritarias.

La primera de las seis conferencias -estructuradas en otros tantos capítulos- versa sobre las oportunidades. "Nunca nos ha ido tan bien como hasta ahora", razonan diversos autores, porque, entre otras cosas, el producto nacional bruto per cápita de los países desarrollados se ha multiplicado por cuatro entre 1950 y 2000.

Sin embargo, tal y como explica Dahrendorf, éste "no ha sido un proceso lineal" -hay que recordar crisis como la de 1973- ni tampoco igualitario, ya que no ha afectado por igual a todos los países del mundo. Dahrendorf asegura que el fin del progreso económico, y la condición para que se haga realidad, es la libertad, o mejor, las libertades. Por eso, el autor se aleja de las tesis del fin de la historia que popularizó Francis Fukuyama, para inclinarse, más bien, por el choque de civilizaciones de Samuel Huntington.

La libertad es tan importante para Dahrendorf que, de hecho, está por encima de su eterno rival político, la igualdad, con lo cual, el politólogo antepone su vena liberal a la socialista. "Libertad e igualdad son dos formas distintas de abordar las relaciones sociales. Quien busca ante todo la igualdad, suele perder de vista la libertad". Dahrendorf cree que la desigualdad es, de hecho, uno de los componentes de la libertad.

¿Qué amenaza esa libertad? Para lord Dahrendorf, el fracaso de la multiculturalidad es una de las mayores amenazas. La imposibilidad de las sociedades democráticas de integrar a individuos distintos, y las reivindicaciones nacionalistas como las vascas -"que no son la expresión de unos derechos históricos, sino el reflejo de unas pretensiones de poder"- constituyen, para él, "la gran decepción de la última década". En todo caso, el principal desafío es el "cosmopolitismo", y aquí Dahrendorf recuerda a los países europeos que la única "alternativa realista" es acercarse a EEUU, dejando de lado Kioto, Guantánamo y cualquier otro "elemento secundario".

Esta obra, al estar compuesta de conferencias, repite conceptos y carece de la unidad de los libros escritos por un autor. Sin embargo, las opiniones de Dahrendorf son claras, están bien definidas, están de plena actualidad y son, por tanto, muy valiosas.