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Al menos 42 personas mueren en otra oleada de atentados en Irak

EE UU afirma haber matado a 40 rebeldes en un ataque aéreo

Al menos 42 personas, en su mayoría civiles, murieron en Irak en diversos atentados perpetrados por la insurgencia desde la noche del sábado. Entre las víctimas se cuentan 10 viandantes alcanzados por un coche bomba, tres soldados estadounidenses y cinco agentes de la División Lobo, un grupo de élite iraquí. EE UU aseguró por su parte haber matado a 40 rebeldes en un ataque aéreo en Karabilah, cerca de la frontera con Siria.

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El cuartel general de la División Lobo se encuentra en el mismo recinto que el Ministerio del Interior, en Bagdad. Las medidas de seguridad son muy estrictas, pero al atacante no le resultó difícil esquivarlos: él mismo había pertenecido a la división y llevaba su uniforme y su identificación. Entró y detonó los explosivos que llevaba adheridos. Al menos cinco oficiales murieron y otros siete resultaron heridos.El ministro del Interior, Bayan Jabr, descartó que el ataque demuestre una infiltración en las fuerzas policiales.

La División Lobo, dedicada a la lucha antiterrorista, trasladó recientemente su sede a Bagdad desde Mosul, en respuesta al incremento de atentados en la capital. Es uno de los puntales de la llamada Operación Relámpago, una vasta campaña antiterrorista lanzada el mes pasado en la capital, en la que participan 40.000 efectivos de las fuerzas de seguridad.

Uno de los atentados más dramáticos se produjo en la noche del viernes, cuando un coche bomba estalló en las cercanías del hospital Nour, en el distrito chií de Shula, que mató a 10 personas. Entre las víctimas había dos niños y dos mujeres. Una de ellas era Alaa Bachi, una joven embarazada de nueve meses que había acudido al hospital al sentir contracciones. Los médicos le anunciaron que el parto no se produciría hasta dentro de diez días, y Alaa y su marido se disponían a regresar a su casa cuando estalló el coche bomba. Cientos de vecinos del barrio se concentraron ayer, furiosos, a las puertas de la maternidad.

Los civiles fueron también el blanco de un ataque en Hilla, al sur de Bagdad: 11 albañiles murieron en el ataque contra el minibús que los transportaba. También en la capital, dos funcionarios del Ministerio de Petróleo murieron tiroteados, un soldado estadounidense falleció por la explosión de una bomba artesanal y un conductor suicida se voló frente a la Embajada eslovaca sin causar muertos.

La crónica de la violencia se extiende a otros rincones de Irak. Otros dos marines estadounidenses murieron ayer en Faluya, con lo que ya son 12 los efectivos norteamericanos fallecidos desde el martes pasado. En el norte del país, otras seis personas perdieron la vida en diferentes incidentes armados y en Nayaf, al sur, la explosión de una bomba abandonada en el cementerio mató a dos personas.

EE UU anunció por su parte que ayer llevó a cabo un ataque aéreo a las afueras de Karabilah, en la provincia occidental de Al Anbar, junto a la frontera con Siria. Según el comunicado estadounidense, aviones de combate realizaron siete "bombardeos de precisión" sobre supuestos insurgentes, a los que acusaban de haber instalado un control en la carretera para "amedrantar a la población civil y a los vehículos que circulaban por la zona".

EE UU calcula que en su acción fallecieron 40 personas, que todas ellas eran rebeldes y que no hubo ninguna víctima civil, cuestión que ayer no pudo verificarse de forma independiente.

Un soldado iraquí vigila a supuestos miembros de la insurgencia detenidos en Bagdad.
Un soldado iraquí vigila a supuestos miembros de la insurgencia detenidos en Bagdad.ASSOCIATED PRESS

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