Descalificación en vez de argumentación
Las 15 personas que han escrito un manifiesto titulado Por un nuevo partido político en Cataluña no han hecho más que expresar públicamente lo que muchas otras piensan en privado, es decir, que todos los partidos políticos en Cataluña se han arrimado a la "marca" de nacionalismo para obtener un mayor rédito electoral.
Pregunto: ¿es grave hacer pública una interpretación de la vida política de una sociedad? ¿La pluralidad de opiniones no genera diversidad y riqueza? Pues parece que no, porque lo único que ha suscitado es la coincidencia de todos los partidos -cosa curiosa- en que actos como éste son el fruto de una visión "pijo progresista", como dijo el señor Felip Puig (CiU), o bien el ataque de los de siempre contra nosotros. Interesante respuesta la de la mayoría: la descalificación en vez de la argumentación. En esta línea de contestación muchos han coincidido en ironizar o poner en duda el calificativo de intelectuales que se adjudican los firmantes; éste ha sido el caso del señor Bargalló (ERC). El mensaje del conseller en cap es claro: no hagan caso a las palabras españolistas de estos señores que viven alucinados y lejos de la auténtica realidad social de Cataluña (es decir, la mía).
Desde mi humilde punto de vista, un actor y director teatral de prestigio, catedráticos y profesores universitarios de derecho, ciencias políticas, filosofía, ética, estética, periodistas, escritores, críticos literarios, editores, sindicalistas y así hasta 170 personas, son ciudadanos de Cataluña con una capacidad intelectual tan apta o mayor que la del señor Bargalló.
Escuchar es una actitud democrática, acallar o descalificar sin más, no.
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