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Las entidades juveniles de Berga acusan a Tura de criminalizarlas para eludir responsabilidades

Los organizadores del concierto donde murió Isanta mantienen sus críticas hacia los Mossos

Las entidades juveniles de Berga consideran que la consejera de Interior, Montserrat Tura, intenta "criminalizar" los movimientos alternativos "para sacudirse" la presión sobre la actuación de los Mossos d'Esquadra durante las agresiones que acabaron con la vida del joven Josep Maria Isanta en un concierto durante las fiestas de la Patum. Las críticas de Tura a los organizadores de este concierto por no advertir a los Mossos de la presencia de grupos violentos en el acto motivaron el rechazo de las entidades juveniles, que mantienen que los Mossos no estaban en el acto.

Tura afirmó en la comisión de Justicia del Parlament que con más colaboración ciudadana y de los organizadores del concierto se habría podido impedir la muerte del joven. Tura también se refirió en distintas ocasiones durante su intervención a la lista de agravios que la policía catalana tienen con los colectivos independentistas y libertarios de la ciudad.

Estos colectivos de jóvenes continúan firmes en que la actuación de los Mossos dejó bastante que desear y lamentan que en el momento de las agresiones que recibieron la policía no estuviese en el lugar de los hechos.

Los representantes del Ateneu Llibertari del Berguedà, del Casal Panxo, del Centre d'Estudis Esther Borràs y del Ateneu Columna Terra Llibertat, organizadores del concierto, aseguran que la intervención de la consejera, lejos de clarificar los hechos, "confunde a la opinión pública". También aseguran que en su exposición hubo "imprecisiones, verdades a medias y exageraciones que acaban falseando los hechos". Estos colectivos entregaron ayer un comunicado a la prensa en el que lamentan que se les quiera "poner al nivel de los agresores".

Los jóvenes, en palabras de Josep Rota, de los independentistas del Casal Panxo, tenían todos los documentos que el Ayuntamiento les había requerido para organizar el concierto. Ello incluía un seguro, pero no la organización de las medidas de seguridad del concierto. Los jóvenes entienden que, al celebrarse el concierto en una zona abierta, la seguridad era responsabilidad de los cuerpos de policía que velaban por el normal desarrollo de las fiestas de la Patum.

David Cols, del Centre d'Estudis Esther Borràs, especificó que la policía catalana "había estado velando por la seguridad del concierto cada año, pero no en esta edición". Afirmó desconocer el porqué de la ausencia de la policía autonómica, aunque aseguró que "ninguno de los grupos había solicitado que los Mossos no estuvieran presentes". Es más, Rota recordó que es la obligación de la policía garantizar la seguridad de los ciudadanos.

Los jóvenes consideran que el clima de oposición a la presencia de la policía autonómica "se ha exagerado" y califican una manifestación del pasado mes de noviembre contra los Mossos a la que se refirió Tura (en la que también participaron algunos de los detenidos) como una "protesta debida a un hecho concreto", pero no la expresión de un malestar generalizado.

Los jóvenes concluyen en su comunicado: "A nosotros no se nos pueden pedir responsabilidades" y afirman que con las concentraciones que se organizaron ante los juzgados de Berga y ante la comisaría de los Mossos d'Esquadra tras el crimen no se pretendía presionar a nadie. Según los jóvenes, estas manifestaciones, en las que también participaron la presidenta del consejo comarcal y el ex alcalde de Berga, fueron "una muestra de civismo y una petición de una ciudad que quiere vivir en paz y no desea que estos hechos vuelvan a suceder".

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