El PP catalán se declara abierto a la propuesta del tripartito sobre financiación, pero "con ajustes"

El portavoz del PP en el Parlamento catalán, Francesc Vendrell, manifestó ayer la predisposición de su partido a aceptar la propuesta de financiación de la Generalitat elaborada por el Gobierno catalán "si se introducen algunos ajustes". Vendrell dio por descontado que algunos aspectos de la propuesta serán rechazados "no sólo por el PP, sino por los ministros Solbes y Sevilla si no se modifican". Anoche, la tercera sesión negociadora entre el Gobierno y CiU sobre la financiación terminó sin acuerdo sobre la agencia tributaria y el mecanismo de solidaridad a incluir en el Estatuto.

La posición actual del PP contrasta con el rechazo expresado cuando el tripartito de izquierdas dio a conocer la propuesta de financiación. Entonces, el presidente del PP de Cataluña, Josep Piqué, dijo que era "inviable en términos políticos, financieros y presupuestarios". Ayer, Vendrell aseguró que si el tripartito está dispuesto a moverse "se puede hablar". Pero no podrá haber acuerdo, advirtió, si el tripartito se mueve en dirección a la propuesta presentada por CiU, "que es de ruptura del modelo multilateral".

Los escollos principales para un acuerdo con el PP son la cuestión de la bilateralidad, el grado de capacidad normativa de la Generalitat sobre los impuestos y la vinculación entre la Agencia Tributaria de la Generalitat y la del Estado.

El propio líder de CiU, Artur Mas, presentó también como "incompatible" un acuerdo sobre financiación entre el tripartito, el PP y CiU. "El tripartito puede intentar la cuadratura del círculo", dijo Mas, "pero en algún momento deberá escoger entre ponerse de acuerdo con CiU o con el PP".

La posición del PP fue positivamente acogida por el Gobierno catalán. El consejero de Relaciones Institucionales, Joan Saura, dijo que la decisión de Mariano Rajoy de dar libertad a sus organizaciones regionales en esta materia "ha facilitado que el PP se acerque a nuestras posiciones".

Este acercamiento, por otra parte, se sitúa en el contexto de los esfuerzos de todos los partidos para lograr un acuerdo general sobre la reforma del Estatuto de Autonomía. El presidente Pasqual Maragall envió ayer a los líderes de los cinco grupos parlamentarios una carta con la propuesta del orden del día para la cumbre a celebrar el sábado con el objetivo de desbloquear los desacuerdos surgidos hasta ahora.

El primer punto es la ratificación del calendario, que prevé la aprobación del proyecto por el Parlamento catalán antes del 1 de agosto. El segundo punto es el debate sobre la inclusión de la financiación en la reforma del Estatuto, un aspecto sobre el que ayer mismo el PP mostraba diferencias. El tercer punto es el análisis de los desacuerdos sobre el articulado de la reforma que la ponencia parlamentaria no ha podido resolver. A propuesta de CiU, se ha introducido el debate sobre cómo ha de tomar decisiones la delegación catalana que negocie en su caso la propuesta de reforma con el Gobierno central. CiU quiere garantías de que la delegación catalana mantendrá la correlación de fuerzas existente en el Parlamento catalán.

Los diputados que llevan a cabo la segunda lectura del proyecto introdujeron ayer varias modificaciones que facilitan un acuerdo en el título que trata sobre las competencias de la Generalitat. Los grupos del PSC y PP lograron que ERC e ICV acepten un cambio en la definición de la noción de competencia exclusiva de la Generalitat. Donde decía que será "íntegra y excluyente" se aceptó suprimir la palabra "excluyente". También se acordó sustituir el artículo que proponía convertir a la Generalitat en Administración única por otro que prevé su actuación como Administración ordinaria del Estado.