Los sindicatos de Francia amenazan al nuevo Gobierno

Los sindicatos franceses advirtieron ayer al nuevo Gobierno del primer ministro, Dominique de Villepin, de que no permitirán una flexibilización del mercado laboral y, en especial, de la legislación del trabajo, que regula las condiciones de contratación y despido. Los pesos pesados de las centrales sindicales, que ayer se reunieron separadamente con De Villepin, han amenazado con huelgas y movilizaciones si se intenta una reforma laboral de gran calado.

Bernard Thibault, secretario general de la CGT (uno de los grandes sindicatos de Francia), aseguró tras su reunión con el primer ministro que sería "una muy mala idea señalar a los derechos sociales y a la legislación laboral vigente como la madre de todos los males de la sociedad y la economía de Francia". Una vez dicho esto, deslizó una amenaza: "Si el plan del Gobierno para recomponer la situación pasa por la flexibilización laboral, inevitablemente habrá una rápida reacción de los trabajadores que acarrearán un periodo de alta tensión para el país".

El líder sindical acusó además al Gobierno de carecer de propuestas concretas y de un plan en materia de empleo: "Todo era difuso antes de entrar [a la reunión con De Villepin] y sigue siéndolo ahora". El primer ministro se reunió ayer con los sindicatos y con la patronal con vistas al plan de gobierno que mañana por la tarde presentará a la Asamblea Nacional. "La batalla por el empleo será la prioridad" del Gobierno, ha avisado en estos días Dominique de Villepin, quien se da 100 días en el cargo para conseguir sus primeros resultados. El primer ministro dijo acercarse a la cuestión sin tabúes y querer imponer medidas "que funcionen", sean o no más liberales.

François Chérèque, secretario general de la otra gran central sindical CFDT, acusó al Gobierno de "equivocarse completamente si imagina que la respuesta al malestar social sea ofrecer más inseguridad". Otro portavoz de la CFTC, Jacques Voisin, pidió incluso a De Villepin que "haga callar a los ultras del Gobierno", en referencia a quienes solicitan la aplicación de medidas más liberales. La "respuesta será la calle" si el Gobierno avanza por este terreno, avisó Voisin. Por su parte, Jean-Claude Mailly, secretario general de Fuerza Obrera, dijo que "es incomprensible ese discurso patronal que afirma que para poder crear empleo se necesita primero capacidad para destruirlo".

Los encuentros entre el primer ministro francés y los sindicatos se produjeron horas después de que la prestigiosa publicación La Lettre de l'Expansion adelantara que De Villepin prometerá mañana ante la Asamblea crear unos "800.000 puestos de trabajo" en un año y que para ello piensa "rebajar la carga fiscal de las empresas, incrementar la colaboración de los sectores público y privado en los proyectos de infraestructuras e impulsar los programas de desarrollo y formación profesional".

En un comunicado, el Gobierno ha calificado de "infundadas" las afirmaciones de la publicación, sobre todo después de que el escepticismo fuera la reacción generalizada a este presunto plan de revitalización económica.

En la actualidad Francia tiene el 10,1% de la población activa en paro, un desempleo que afecta a un 25% de quiénes tienen entre 18 y 25 años o han cumplido los 50. El Estado invierte alrededor de 30.000 millones de euros anuales en su política de empleo sin resultados apreciables.

Una parte importante del Ejecutivo considera que "el tratamiento social del paro" y la "falta de flexibilidad del mercado del trabajo" son las principales causas del desempleo. Ese punto de vista, que es el que defiende el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy.