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Reportaje:

Llegan las multinacionales chinas

Lenovo, Haier, Shanghai Automotive, TCL o Huawei ya están actuando en España

Restaurantes, tiendas de todo a cien, talleres de confección... La imagen tópica, pero aún real, que tenemos los españoles sobre los negocios chinos pronto quedará desfasada. Ya está aquí la primera avanzadilla de las emergentes multinacionales chinas de la electrónica, las telecomunicaciones o la informática. Habrá que irse familiarizando con nombres como Lenovo, Haier, Shanghai Automotive, TCL o Huawei.

Estas empresas han creado centros de I+D en asociación con universidades e instituciones que, en algunos casos, participan en el capital

Huawei, por ejemplo. Este fabricante de equipos para telecomunicaciones, con una cifra de negocio de 5.000 millones de euros (40% fuera de China), acaba de ganar un contrato de 40 millones de euros con Jazztel. ¿Por precio? "No", aclara Alberto Hurtado, director de compras de la operadora. "Lo elegimos por el alto nivel de calidad de sus productos de banda ancha". A Hurtado no le duelen prendas en afirmar que tanto el 2 Plus como el Triple Play -un ADSL capaz de transmitir voz, datos y televisión con 20 megas que Jazztel instalará antes de final de año- de Huawei "son más avanzados que los de sus competidores europeos y estadounidenses. Además, nos hicieron una oferta de tecnología, soporte, software y servicios innovadora e inigualable".

¿Cómo es posible? "En el sector se opina", prosigue el ejecutivo de la operadora, "que las reducciones de plantilla e I+D de las empresas occidentales tras la burbuja de Internet han dañado la calidad de sus productos". Todo lo contrario de lo que hicieron los chinos, que aprovecharon para avanzar. Siguiendo con Huawei, esta empresa abrió en los últimos años centros de I+D en el Silicon Valley, Dallas, Estocolmo y Moscú y se ha convertido en la segunda del mundo en equipos ADSL. Ya el año pasado, dos operadoras europeas, la holandesa Telfort y la francesa Neuf Telecom se decantaron por el grupo de Shenzhen. Antes lo hizo BT. Y en EE UU una operadora regional hizo lo mismo, lo que desató la ira de Cisco Systems. Otro dato, sus ventas exteriores subieron de 130 millones a 2.000 millones de dólares entre 2000 y 2004. Mejor, imposible.

Por lo que respecta a España, el contrato de Jazztel no es precisamente el primero. Hace meses Telefónica firmó también un acuerdo de compra de routers y equipos DSLAM, en este caso para Brasil y Chile. Y Huawei no es el único fabricante chino de equipos de telecomunicaciones que tienta su suerte en los mercados mundiales con productos y tecnologías propias. ZTE, otra empresa del sector, se limitó a China hasta 2001. Dos años después facturaba 600 millones de dólares fuera de casa.

Modelo de expansión

Los dos grupos siguen un modelo de expansión habitual en China y que está siendo aplicado por empresas de electrónica, informática o electrodomésticos. Empresas que empezaron -1985 a 1990- fabricando para terceros, en joint venture o subcontrata, y en los últimos años se lanzaron con sus propias tecnologías y marcas en el mercado chino. Va a ser también el caso del gigante chino del automóvil, Shanghai Automotive (SAIC), el mayor fabricante chino de automóviles, con más de 40 plantas en el área metropolitana de la ciudad. Empezó ensamblando en alianza con Volkswagen y GM y ahora se prepara para crear sus propios modelos, que tiene la intención de vender en Europa y EE UU. China es ya el quinto productor del mundo, con más de cinco millones de unidades y más de 50 empresas diferentes.

Los críticos dicen que estas empresas no han hecho más que absorber y copiar la tecnología de sus socios. Pero es más que eso. Han creado centros de I+D propios y muy potentes, en asociación con universidades e institutos tecnológicos estatales, que en algunos casos participan en el capital. Haier, de Qingdao, la quinta empresa del mundo en electrónica y la cuarta en electrodomésticos, es un ejemplo de esta estrategia de unir investigación y producción. Fundada en 1984 a partir de una vetusta fábrica de neveras, hoy extiende su actividad desde las pantallas más avanzadas a los móviles de tercera generación, tiene 22 fábricas fuera de China y exporta a 165 países.

Haier AC, la división de aire acondicionado, llegó a España en 2002 con las marcas Haier y Hec, antes que lo hicieran las divisiones de electrónica y electrodomésticos. Y ahora empieza a sacar la cabeza. Haier AC facturó, con sus marcas, 14 millones de euros en 2003 y espera superar los 24 millones este año. "Pero esta cifra", apunta Sergio Herranz, su director general, "procede en un 85% del área profesional debido a la debilidad de la marca entre los consumidores domésticos". Un problema, éste, muy común entre las nuevas multinacionales chinas.

"¿Es posible", prosigue el ejecutivo, "que muchos consumidores y hasta empresas comerciales esperen que el producto chino tenga que ser más barato. Pero ni es posible ni ésa es nuestra estrategia". Herranz explica que, por extraño que pueda parecer, le resultaría difícil a Haier vender más barato "por la sencilla razón de que los productos de nuestros rivales, marcas potentes, son fabricados en nuestras plantas, a los mismos costes". Y añade: "Queremos posicionarnos en el segmento medio alto. Nuestros aparatos incorporan desde hace cuatro años, por ejemplo, un ionizador que Panasonic sólo incorporó hace dos".

Haier, que produce aparatos de aire acondicionado para nueve empresas presentes en España, alguna de ellas española -un área de negocio que le reporta mayores ingresos que los de su propia línea-, sigue empeñada en construir su marca en nuestro país. Entretanto, aprovechará todas las oportunidades en el segmento profesional, menos pendiente de los tópicos. Va a entrar en los equipos para grandes edificios con sistemas de aire con tecnología MRV, que, apunta el ejecutivo, "están sustituyendo a las enfriadoras de agua debido a los problemas con la legionella".

Compras en cascada

Las dificultades de las empresas chinas para imponer su identidad en los mercados de Europa y de EE UU y la abundancia de dólares en la que nada la economía china las ha llevado a tomar un atajo rápido: la compra de divisiones enteras de firmas extranjeras. El caso más conocido es el de la reciente compra de la división de PC de IBM por Lenovo, una operación que la ha convertido en la tercera empresa de PC del mundo y ha multiplicado por cuatro su facturación, de 2.450 a 12.000 millones. Pero hay otros ejemplos. TPV compró a Philips su división de pantallas y monitores. Y TCL, el mayor fabricante de televisores del mundo, acaba de adquirir la división de terminales móviles de Alcatel y el negocio de televisión y vídeo de Thomson.

Esta explosión de compras es de ahora mismo. Hasta 2000, las empresas chinas se limitaban a utilizar sus propias fuerzas. Y se centraban en Asia. Aún en 2003, China contaba con 7.470 compañías en Asia y sólo 1.300 en Europa. El nivel de ambición se ha desatado de repente. El Gobierno chino anunció hace meses que pretende tener 50 empresas entre las 500 de Fortune en 2010. "Es un proceso curioso", comenta un experto en internacionalización empresarial. "Están adquiriendo las empresas para las que un día empezaron a trabajar en régimen de subcontratación". "Dadas las dificultades de entrada en los mercados occidentales y de muchas de las empresas del país", comenta Herranz, "ésta es la mejor solución". Las empresas chinas se hacen, en un golpe de talón, con marcas, redes de distribución, centros de I+D y todo un know how en marketing, publicidad y servicios a los clientes.

Liu Chuanzhi, presidente de Lenovo Group, y John Joyce, consejero delegado de IBM, firman el acuedo entre las dos compañías, el pasado 1 de mayo.
Liu Chuanzhi, presidente de Lenovo Group, y John Joyce, consejero delegado de IBM, firman el acuedo entre las dos compañías, el pasado 1 de mayo.

"Con Lenovo habrá más inversión y más negocio"

Las dificultades para entrar en los mercados occidentales fueron las que llevaron a Lenovo a adquirir la división de PC de IBM, en diciembre. El grupo de Pekín se hace con el prestigio, el I+D, las redes de distribución y los clientes del Big Blue. Algunos consideran, sin embargo, que ésta puede ser una estrategia arriesgada. Si la nueva organización no es capaz de ganarse la confianza de clientes y distribuidores, puede quedarse con poco más que una cáscara vacía.

Al poco de anunciarse la operación Lenovo-IBM se escucharon rumores de que algunos distribuidores de IBM podrían pasarse a la competencia.

Isla Ramos, la directora general de la nueva Lenovo España, y anterior responsable de la división de PC de IBM, aleja las dudas sobre la operación. "He visitado a todos los clientes que tenía en IBM y creo que casi todos, por no decir todos, seguirán con nosotros. Los hemos convencido de que no correrán ningún riesgo.

Tampoco cree Isla Ramos que el cambio vaya a afectar a los distribuidores o haya generado algún tipo de reacción negativa entre los trabajadores, que tuvieron que trasladarse de una empresa mítica y prestigiosa, como IBM, a una firma china recién llegada. "Lenovo va a significar más posibilidades para todos", explica. ¿Por qué? "Pues, porque mientras para IBM los PC eran ya un negocio residual, para esta empresa son el core business. Vamos a ampliar la gama y nuestras posiciones en el mercado, desde la gran empresa a los particulares. Poco a poco iremos ampliando la gama de productos -con ambas marcas- y abriendo nuevos canales. Con Lenovo habrá más inversión y más negocio".

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