El conjunto arqueológico de Medina Azahara recibe un premio de la Comisión Europea
El conjunto arqueológico de Medina Azahara de Córdoba recibió ayer en Bergen (Noruega) uno de los Premios Europa Nostra que concede la Comisión Europea para fomentar la conservación del patrimonio cultural. El acto estuvo presidido por el presidente de Europa Nostra, el príncipe consorte de Dinamarca, Henrik Laborde de Monpezat.
Estos premios buscan reconocer y promover las actuaciones tanto públicas como privadas que contribuyan a la protección y mejora del patrimonio cultural de Europa. La Consejería de Cultura ha sido galardonada por la intervención restauradora y de investigación realizada en la Casa de Ya'far de Medina Azahara, en la que ha invertido 534.000 euros.
La llamada Casa de Ya'far se encuentra emplazada en el sector residencial de la plataforma superior del palacio de la ciudad. Desde su excavación en 1970 se la ha venido identificando con la residencia de Ya'far ibn Abd al-Rahman, esclavo educado en palacio, que ocupó diversos cargos de relevancia hasta que el califa al-Hakam II lo ascendió a la más alta dirección política del Estado Omeya. Entre los principales trabajos de restauración que se han llevado a cabo en esta casa se encuentran la conservación de la portada de ataurique y la restauración de pavimentos de mármol y caliza violácea.
Desde el punto de vista histórico, esta intervención galardonada por Europa Nostra permite disfrutar del extraordinario escenario espacial y decorativo de la residencia del que fue primer ministro, desvelando el complejo proceso de configuración urbana del palacio.
Palacio
"Frente a la idea sostenida hasta ahora por la historiografía, esta intervención documenta por primera vez la existencia de un palacio inicial distinto al que hoy se puede contemplar, lo cual ha ayudado a caracterizar también la evolución de la propia institución califal y a buscar explicaciones históricas, políticas e ideológicas a esta transformación", señala la Consejería de Cultura en un comunicado.
A medida que pasan los años -desde que, en el siglo XIX, se descubrieran los restos de Medina Azahara-, y gracias al trabajo paciente y meticuloso de los arqueólogos, se revela poco a poco toda la suntuosidad de la ciudad-palacio. Corría el siglo X y Abderramán III había proclamado Al-Ándalus califato independiente de Bagdad, con Córdoba como capital.
La nueva ciudad surgió para afianzar aún más el poder del califa Omeya, y descongestionar Córdoba, creando un nuevo centro administrativo en las afueras, según los dictados de la moda oriental. Aunque la leyenda, menos terrenal, asegura que el califa habría mandado edificarlo por amor a Zahra, una de sus favoritas.
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