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Peces-Barba defiende "la laicidad frente al laicismo" en Sevilla

Clausura de las jornadas sobre los valores democráticos de la II República

El rector de la Universidad Carlos III de Madrid, Gregorio Peces-Barba, defendió ayer "la laicidad frente al laicismo" en una conferencia en las Reales Atarazanas de Sevilla. Peces-Barba, que clausuró las jornadas Decíamos ayer. Valores democráticos de la II República, tuvo palabras de recuerdo para el político socialista Fernando de los Ríos (Ronda, Málaga, 1879-Nueva York, 1949), cuyo legado intelectual e ideológico puso como modelo para la España del siglo XXI.

"Quizás necesitaría un homenaje político Don Fernando de los Ríos, el más gigantesco de los personajes de la II República desde el punto de vista intelectual. Voy a partir de Don Fernando de los Ríos y decir que la laicidad es perfectamente compatible con la religiosidad. ¿Y con las iglesias y sus estructuras? Tendría más dudas. La laicidad y algunas iglesias son difícilmente compatibles", explicó Peces-Barba, que fue presentado por el consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías.

"Don Fernando de los Ríos fue una persona indudablemente religiosa. Cuando entró en EE UU en el exilio, le preguntaron en la aduana cuál era su religión. Y contestó: 'cristiano erasmista'. Al cabo de los años apareció una estadística en EE UU sobre creencias religiosas de la gente. Católicos, tantos; protestantes, tantos... Y, al final, en el apartado de cristianos erasmistas, salía uno, que era Don Fernando de los Ríos", agregó el alto comisionado para las Víctimas del Terrorismo.

Peces-Barba estableció las fronteras entre laicidad y laicismo a lo largo de su conferencia. "Don Fernando de los Ríos defiende la supremacía incuestionable de los valores espirituales y el sentido religioso de la existencia. 'La religiosidad es emoción, es anhelo, es poesía', decía Don Fernando de los Ríos. En la II República no fue posible crear un espacio de laicidad, sino que hubo un espacio de laicismo, que es siempre una reacción frente a la intransigencia de la Iglesia católica", aseveró Peces-Barba.

"El laicismo supone una reacción frente a las posiciones de la Iglesia católica. ¿Dónde florecen dimensiones laicistas? En aquellos tres países que tienen más enraizado el problema del afán de protagonismo de la Iglesia católica: Francia, Italia y España. Francia es el primero que se desembaraza de sus presiones. Italia es muy difícil que se desembarace teniendo al Estado de la Ciudad del Vaticano. En España las consecuencias de la derrota de la II República suponen la reinstalación del poder de la Iglesia católica", relató.

Dos tradiciones eclesiales

Peces-Barba rastreó en el pasado dos tradiciones que marcan la postura de la Iglesia católica: la teoría de la huida del mundo y el agustinismo político. La primera nace a finales de la Edad Media y hace hincapié en la miseria humana desde el nacimiento a la muerte, en la putrefacción, en la destrucción de la carne, en la vida marcada por la lujuria, el pecado, el afán de soberbia... La segunda se centra en la distinción entre los justos y los pecadores. "La Iglesia católica pretende hacer esos dos mundos donde no cabe la democracia ni la igualdad y en los que hay que distinguir entre justos y pecadores", señaló el rector de la Universidad Carlos III.

"La dignidad humana es autonomía, es capacidad de decisión. Eso es la laicidad: andar sin muletas, andar por nosotros mismos", indicó. Peces-Barba desgranó los rasgos fundamentales de la laicidad que garantiza la Constitución. "El Estado español es un Estado laico. En el artículo Primero de la Consitución se reconoce como valor fundamental el pluralismo, lo que significa que no pueda haber una filosofía que pueda existir siendo incompatible con las demás", dijo. "La transición y la Constitución tienen dos problemas: el problema autonómico, por el que algunas comunidades no aceptan el marco constitucional, y que la Iglesia católica no acaba de aceptar el marco de la laicidad, el marco de la autonomía de las personas, el marco de la separación entre la Iglesia y el Estado, el marco del pluralismo... Las dimensiones de la huida del mundo y del agustinismo político siguen presentes. La laicidad tiene el peligro en nuestro país de convertirse en laicismo. No debemos colocarnos al mismo nivel que la Iglesia católica", comentó Peces-Barba.

El segundo y último día de las jornadas estuvo dedicado a Separación Iglesia-Estado como garantía de libertad religiosa. Antes de Peces-Barba intervinieron el director de la Casa-Museo Niceto Alcalá-Zamora, Francisco Durán Alcalá, y el teólogo y catedrático de Filosofía de la Universidad de Granada Juan Antonio Estrada.

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