El Gobierno prevé que Bruselas decrete el cierre de la pesquería de anchoa

El Gobierno dio ayer casi por hecho que la Comisión Europea acordará el cierre de la pesquería comercial de la anchoa la próxima semana, una vez que tenga sobre la mesa los informes científicos sobre la supervivencia de la especie. Esta medida, que obligaría a la flota francesa a volver a puerto, haría necesario reformular el acuerdo de Arcachon entre España y Francia. La ministra de Agricultura y Pesca, Elena Espinosa, transmitió este mensaje en el que también insistió el secretario general de Pesca Marítima, Juan Carlos Martín Fragueiro, tras reunirse primero con responsables de Pesca de las comunidades afectadas y después, con las cofradías de pescadores.

"Existen muchas probabilidades" de que Europa atienda "a corto plazo" la solicitud española de cerrar la pesquería comercial de la anchoa y del cebo vivo, dijo Martín Fragueiro. Y de que anuncie para 2006 el establecimiento de un Total Admisible de Capturas (TAC) de cero toneladas para esta especie (ahora es de 30.000). De ser así, el Acuerdo de Arcachon quedaría "vacío de contenido". El Gobierno se comprometió ayer a reformularlo junto a los pescadores, parados desde el 12 de mayo por la escasez de anchoa. El convenio obliga a España, con el 90% de la cuota, a ceder a Francia (10%) 9.000 toneladas de anchoa a cambio de 2.200 de merluza y otras especies y un paro de la flota gala.

El encuentro de ayer sirvió para acercar algo las posturas. Pesca incrementó de siete a ocho millones de euros las ayudas por los 45 días de paro que cofinanciará con Bruselas (los pescadores dicen que han perdido 27). "La reunión no ha resultado como queríamos, pero hemos avanzado", reconoció el presidente de la Federación de Cofradías de Guipúzcoa, Jaime Tejedor, mientras valoraba las gestiones del Gobierno ante Europa y dejaba claro que el cierre de la pesquería no le sale gratis al sector, que puede perjudicar la costera del bonito. Las federaciones de Cofradías se reunirán el sábado en Santander para concretar una postura sobre estas cuestiones que se negociaban en los despachos mientras entre 1.500 y 2.000 pescadores culpaban en la calle, ante la sede del Ministerio, al Gobierno de la crisis y le exigían un compromiso.