Zougam declara en el juicio de Al Qaeda: "Mi única guerra es ayudar a mi familia"
El tribunal deja libres a otros cinco imputados en la causa de la célula española de Bin Laden
Jamal Zougam, imputado como presunto autor material de los atentados del 11-M, declaró ayer como testigo en el juicio contra 24 presuntos miembros de la célula española de Al Qaeda. El fiscal le explicó que su presencia en el juicio no tenía nada que ver con los atentados de Madrid, pero él por dos veces se declaró inocente y dijo no saber nada de las bombas en los trenes. "La única guerra mía es ayudar a mi familia", proclamó. Zougam fue reconocido por tres testigos como uno de los terroristas que colocó mochilas bomba en dos de los trenes el 11 de marzo de 2004.
Zougam explicó que nació en Tánger (Marruecos) el 10 de mayo de 1973, que sus padres se separaron cuando él tenía seis años y que su padre vino a España a trabajar. Él llegó a España con 15 años. "Desde que vine", precisó, "siempre he estado trabajando donde he podido. He trabajado casi en todo: en obras, en restaurantes, de comerciante... hasta el 13 de marzo, que han venido a mi tienda a detenerme, sin saber nada, a sacarme en las televisiones de todo el mundo, a ver mi nombre...". En ese momento le interrumpió el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, que no le permitió referirse al 11-M. "Limítese a contestar las preguntas del fiscal", espetó.
Zougam admitió que siempre que podía iba a rezar a cualquier mezquita de Madrid, y que conocía al presunto jefe de la célula española de Al Qaeda, Imad Eddin Barakat Yarkas, Abu Dahdah, pero sólo por su actividad como comerciante. Agregó que en alguna ocasión le compró mercancía, pero precisó que no conocía ni su apellido. "En 2001 salió en la prensa y entonces supe que su apellido era Barakat".
El fiscal le preguntó si Abu Dahdah le intentó reclutar para ir a la guerra en Afganistán. "La única guerra mía es ayudar a mi familia. Mi padre tiene siete hijos en Marruecos, niños de otra mujer, y gana 150 euros al mes y mi guerra es ayudar a mi padre a salir adelante y comprar libros, ropa y comida...".
Zougam no aportó ningún dato relevante para este juicio. Negó conocer a varios compatriotas suyos que han vivido en Madrid y han sido acusados de participar en atentados como Abu Mughen, Amer Azizi o Driss Chebli. Las defensas no formularon preguntas. Al concluir su testimonio, Zougam quiso quejarse de su situación en prisión, pero el presidente no lo permitió.
Además, el tribunal dejó ayer en libertad a cinco acusados, con lo que son ya ocho de los 24 imputados los que se encuentran en esa situación. Los magistrados han considerado que ha "disminuido considerablemente" el riesgo de fuga y han fijado fianzas para cuatro de ellos: para Waheed Koshaji Kelani 150.000 euros, para su hermano Admad Koshaji y Mohamed Khair Al Saqqa, 50.000 y 20.000 para Bassam Dalati. No se impone fianza a Sid Ahmed Boudjella, que cumple condena por otra causa.
Una representación de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, encabezados por su presidenta, Pilar Manjón, asistió ayer al juicio, porque según dijo, es muy importante para ellos poder mirar a los ojos de un imputado. "Nuestra impresión es que veníamos a ver al imputado del 11-M, no al testigo del 11-S", dijo Manjón. Respecto a la declaración de Zougam de que su única guerra es ayudar a su familia, la presidenta de la asociación afirmó que "ir a dar de comer a una familia no es una guerra, eso es algo que iban a hacer los 191 que iban en el tren, unos a ganar un salario y otros a estudiar". Manjón reclamó asimismo que las conclusiones de la comisión del Congreso sobre el 11-M sean consensuadas entre todos los partidos. "Este país se merece que los partidos políticos dejen de jugar con el dolor de las víctimas".
[Un juez británico dio ayer luz verde a la entrega a España del marroquí Farid Hilali, informa Walter Oppenheimer. Hilali fue detenido hace un año en el Reino Unido por orden del magistrado Baltasar Garzón, que le vincula al 11-M y al 11-S. La decisión del juez británico puede ser recurrida en siete días].
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