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El hijo de Hariri logra un gran respaldo en las elecciones libanesas

La participación en Beirut en la primera fase de los comicios fue más baja de lo esperado

Los beirutíes acudieron ayer a las urnas, en el primero de los cuatro domingos electorales en Líbano, para otorgar un incontestable respaldo a la candidatura de Saad Hariri, hijo del ex primer ministro asesinado en febrero, que ha planteado los comicios legislativos como un plebiscito en torno a la figura y los proyectos de su padre. No obstante, no se alcanzó la masiva participación que reclamaba el joven e inexperto político suní, que ayer mismo proclamó haber ganado los 19 escaños en disputa en la capital libanesa.

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El ministro del Interior, Hasan Sabah, informó, concluida la jornada, de que sólo el 28% de los 418.000 ciudadanos con derecho a voto -60% musulmanes- habían depositado su papeleta.

A las puertas de los centros electorales, los partidarios de Hariri y los de sus escasos contrincantes -los prosirios suníes del partido Al Masharia- animaban a votar, ondeaban banderas y repartían las papeletas con los nombres de sus candidatos, ya que la legislación permite la propaganda y el activismo electoral hasta el último segundo.

Comenzaron así los comicios de los que surgirá un Parlamento de 128 diputados, mitad cristianos, mitad musulmanes, que tiene por delante una agenda política cargada de asuntos trascendentales para Líbano, una vez replegados, hace un mes, los militares sirios que han ocupado el país durante tres décadas. Entre otros, la reforma del sistema político confesional que rige desde 1943, la promulgación de una nueva ley electoral realmente representativa y la reactivación económica de un país estancado.

Aunque los resultados definitivos se conocerán hoy, nueve de los 19 escaños en disputa en Beirut ya habían sido adjudicados al Movimiento del Futuro, la candidatura de Hariri, porque ningún otro partido ha presentado candidatos en varios de los distritos de la capital. En la sede de campaña de Hariri, hombre de negocios reconvertido a la política y que cuenta con la doble nacionalidad libanesa-saudí, imperaba la convicción de que no habría sorpresas. Sólo en uno de los tres distritos de Beirut peligraba uno de los 19 escaños que se eligieron ayer en la capital libanesa.

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Hariri, sin embargo, no cosechó el resultado esperado en una ciudad en la que la participación no suele ser abultada: el 34% en las legislativas de 2000. Sin duda, los llamamientos al boicoteo del que fuera señor de la guerra maronita Michel Aoun y de otros dirigentes armenio-cristianos han surtido efecto entre sus fieles simpatizantes.

Pero las proclamas de algunos dirigentes llamando a la abstención no desaniman a Salim Diab, jefe de campaña de Hariri: "Esperamos lograr 36 diputados en todo el país. Cada candidato será diputado. Y junto a nuestros aliados conseguiremos 85 escaños en la Cámara", afirma tajante. Son precisamente los pactos de todos con todos y los resultados ya cocinados lo que desalienta a los ciudadanos. Sin ir más lejos, el propio Hariri ha pactado con el líder druso, Walid Yumblat, con el movimiento cristiano Qornet Shehwan, e incluso ha incluido en sus listas a miembros de la organización chií Hezbolá.

Sin incidentes

Con una vigilancia policial y militar descomunal -en algunos centros electorales un tanque se apostaba en la entrada- no trascendió incidente alguno. Mientras los colegios en los barrios suníes registraron una participación aceptable, en el distrito de Achrafié, feudo cristiano de Michel Aoun, al mediodía, cinco horas después de comenzar el voto, había depositado su papeleta sólo el 8% de los electores. En Zekak Bulat, un barrio predominantemente chií en el centro de Beirut, a la misma hora se alcanzaba el 18%.

Los comicios continuarán el próximo domingo en el sur de Líbano, donde arrollará la coalición chií Hezbola-Amal. El 12 de junio se vota en Monte Líbano y la Bekaa, y el 19 de junio, en la región norte.

Fuerzas de seguridad libanesas comprueban ayer en Beirut la documentación de los votantes durante las elecciones parlamentarias.
Fuerzas de seguridad libanesas comprueban ayer en Beirut la documentación de los votantes durante las elecciones parlamentarias.EFE

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