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Reportaje:

El caladero cantábrico se agota

La flota mantiene un pulso con el Gobierno y con Francia por temor a que la anchoa desaparezca

Maribel Marín Yarza

La flota de bajura del Cantábrico, amarrada a puerto desde el 12 de mayo por la escasez de anchoa, empieza a perder la paciencia. La sobreexplotación de los caladeros, agudizada según los pescadores por el acuerdo de Arcachon con Francia, les ha hecho perder 27 millones de euros en esta costera y pone en grave riesgo su futuro. Los estudios científicos promovidos por el Gobierno vasco reflejan que la especie se encuentra por debajo de la biomasa límite, a partir de la cual no hay garantía de supervivencia. Si España y Francia no acuerdan mañana en Bruselas un cierre de la pesquería para posibilitar su regeneración, el miércoles podría desatarse el conflicto en la mar con los franceses.

"Como esta gente [que utiliza redes pelágicas] pesque anchoa, aquí va a haber más que palabras", advirtió el sábado el presidente de la Federación de Cofradías de Guipúzcoa, Jaime Tejedor, mientras más de un centenar de barcos protagonizaba la primera de una serie de protestas. Hace más de 15 días que los 3.000 pescadores no llevan un euro a casa. "Y si sólo fuera eso...", dice un marinero. "El problema es que los meses anteriores tampoco fueron mucho mejores". La flota, con 210 barcos, sólo ha capturado 160 toneladas de anchoa, frente a las 11.000 de media de las pasadas tres campañas, en la peor costera de los últimos 40 años. "¡Como para que nos diga la ministra Elena Espinosa que tenemos que seguir amarrados durante 45 días más sin poder salir a pescar túnidos!".

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que ha pedido a Bruselas un paro biológico, lleva dos semanas negociando compensaciones para el sector. Su última oferta contempla un paro subvencionable de 45 días a razón de 40 euros por día y tripulante, con la Seguridad Social a cargo del armador, y entre 12.145 euros y 45.945 euros por barco en función del tonelaje.

Nueva reunión

En total son unos siete millones de euros, que los pescadores creen insuficientes si se les obliga a permanecer amarrados. Sus representantes han pedido una nueva reunión con la ministra, que aprovecharán para concentrarse en Madrid.

El problema, en todo caso, trasciende lo doméstico por el acuerdo de Arcachon, que obliga a España, con el 90% de la cuota, a ceder a Francia 9.000 toneladas de anchoa al año (el 10%), a cambio de 2.200 toneladas de merluza y otras especies -básicamente para Galicia- y un paro de la flota francesa entre el 20 de marzo y el 31 de mayo. Según el sector, sin anchoa en el Golfo, no cabe ese acuerdo y menos sobre un Total Admisible de Capturas (TAC) de 30.000 toneladas. El Congreso ha pedido su suspensión.

El tema estuvo sobre la mesa en la reunión mantenida la semana pasada por el secretario general de Pesca Marítima, Juan Carlos Martín Fragueiro y el director de Pesca Marítima francés, Damián Cazé, para acordar el paro biológico. Pero Francia, que mañana está convocada en Bruselas a una reunión con España según el sector, eludió tomar una postura hasta pasado el referéndum de ayer por alta política.

El futuro de la anchoa no sólo preocupa a los pescadores, que piden tener voz en la gestión de esta pesquería. Se calcula que por cada uno hay cuatro personas y media que viven de la mar; detallistas, manipuladores... Los conserveros ya han pedido que se le permita importar 6.000 toneladas de anchoa sin aranceles para hacer frente a la crisis. "Hay varias empresas paradas con el personal en casa", dice Fran Zizzo, de la Asociación Norpesco. "Para nosotros que no compramos pelágico la costera se ha acabado y con grandes pérdidas. Las otras regiones aún suelen trabajar con anchoa de los franceses".

Un barco pesquero de bajura de Bermeo (Vizcaya) protesta por la situación de la flota.
Un barco pesquero de bajura de Bermeo (Vizcaya) protesta por la situación de la flota.SANTOS CIRILO

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