Filtración de exámenes

El escándalo de la filtración de los exámenes en la prueba de acceso a los CFGS en Valencia debe servir para que el Servicio de Formación Profesional de la consejería se tome de una vez en serio estas pruebas y tenga un mínimo de respeto para las personas que intentan acceder por esa vía a continuar su formación y para los profesores que preparan para dicho examen.

La consejería sabe perfectamente que, además de las Academias Privadas, hay una red pública de Centros de Adultos que tienen asignado por ley los programas de preparación para dichas pruebas. Pruebas que son la puerta para que personas que, en la mayoría de los casos, han abandonado ya el Sistema Educativo, vuelvan a continuar su formación. Personas que hacen un esfuerzo extraordinario de preparación ya que en muchos casos compatibilizan su trabajo con la asistencia a las clases de preparación sacrificando muchas horas, mucho esfuerzo, y en los casos de asistir a academias mucho dinero para conseguir no un título, sino el poder iniciar estudios de formación profesional.

La consejería, pese a que los profesores que preparan a estos alumnos se lo han solicitado reiteradamente, se ha negado insistentemente a realizar reuniones de coordinación de las pruebas, tal y como se hace en las de Acceso a la Universidad. 15.000 personas que tienen ilusión por formarse se merecen un poco más de respeto y no el ir tan desorientadas a unas pruebas que han ido modificándose cada año. Merecen que la prueba de la que depende mucho de su futuro esté mucho mejor organizada, porque el desespero puede conducir a situaciones extremas, a intentar solucionar el problema por vías tan lamentables como la que hemos podido conocer los últimos días.

La situación que se ha planteado ahora tiene una difícil solución si no se quiere ser injusto con nadie. La única cosa positiva es que hay 15.000 personas que quieren continuar su formación. Y Cultura tendrá que intentar dar una respuesta a esta enorme demanda.