¿Sostenibilidad?

Ahora que tanto se habla del desarrollo sostenible y las palabras "sostenible" y "sostenibilidad" ya forman parte de las nomenclaturas oficiales y del lenguaje público, esta pregunta es más que necesaria porque reina la gran confusión: "Sostener", apoyar, esforzarse por la continuidad de algo, del "crecimiento sostenido", por ejemplo, eso es una cosa y "sustentar", conservar, mantener, garantizar el "sustento", la alimentación, la vida de un ser o colectivo es otra muy diferente...

Entendemos que "sostenible" es sinónimo de "sustentable", razonable, defendible y la "sostenibilidad" es pues la factibilidad del mantenimiento o sustento en el tiempo y espacio, la posibilidad trascendente, afirmada y confrontada con la realidad global.

Vemos así que el concepto de lo sostenible es de una envergadura enorme, que cuestiona y obliga a cuestionar nuestros hábitos, nuestras actividades, nuestras intervenciones y transformaciones del medio, las tecnologías que utilizamos y todo invento o supuesta innovación y, en particular, al llamado crecimiento económico que resulta ser casi siempre cuantitativo: más impactos sobre el medio ambiente, más consumo de oxígeno, agua y energía no renovable, más contaminación, más asfalto y hormigón, menos vegetación, más desierto...; en suma: mayor desgaste de los recursos naturales y peor reparto de los mismos...

Reflexionar, tratar de prever las cosas, es muestra de responsabilidad y espíritu racional. Si, en consecuencia, actuamos respetando el interés general, con el objetivo de progresar globalmente, preservar la vida y la habilidad del planeta, vamos bien enfocados.

Por tanto, la sostenibilidad es un objetivo social del buen hacer responsable y solidario, en concordancia con el medio natural y sustento a preservar, una ética global tan nueva como antigua, la ciencia con consciencia que debería regir y, evidentemente, no rige.