Batalla dialéctica y guerra de cifras
Gobierno y oposición dibujan panoramas opuestos en el primer debate monográfico sobre la capital
Dos horas exactas estuvieron debatiendo ayer los representantes políticos de los madrileños sobre el estado de la ciudad, en el primer pleno monográfico que celebra el Ayuntamiento a imitación del debate anual sobre el Estado de la Nación. En realidad, el debate fue mínimo, porque, aunque el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, permitió finalmente a la oposición el turno de réplica que el reglamento municipal no recoge, la sesión fue tan corta que apenas sirvió para que cada grupo fijara ante las cámaras y los micrófonos los argumentos que vienen repitiendo a lo largo de todo el año.
Los temas estrella fueron los dos previsibles -las obras (la M-30 a la cabeza) y la deuda-, pero hubo uno más: la inversión municipal en los distritos más pobres, los del sureste. Los dos primeros originaron una batalla dialéctica; el tercero, a una guerra de cifras en la que ambos bandos esgrimieron datos opuestos.
Usera, Villaverde, Latina, Carabanchel, Puente de Vallecas, Villa de Vallecas, Vicálvaro y San Blas suman el 40% de la población madrileña y tienen una renta per cápita inferior a la media (12.768 euros). La discusión sobre si el Ayuntamiento los tiene o no "abandonados" copó gran parte del debate. Pero no tanto por los argumentos utilizados, sino porque gobierno y oposición se enzarzaron en un cruce de cifras que arrojaban conclusiones radicalmente distintas.
La portavoz socialista, Trinidad Jiménez, había denunciado hace días y reiteró ayer que Ruiz-Gallardón sólo destina a estos distritos el 19% del dinero para inversiones (nuevos equipamientos, servicios e infraestructuras). El vicealcalde y portavoz del PP, Manuel Cobo, aseguró que el PSOE había confundido los datos y obviado el grueso de la inversión: lo que invierten las áreas de gobierno en cada barrio. Ofreció, así, otras cifras: 193 millones de euros invertidos en el sureste en 2004, el 45% del total de la ciudad. "O dicho de otra forma: 150 euros por habitante, cuando la media de Madrid es de 136 euros". Jiménez insistió en que quien manipulaba era el PP. "Pero no voy a entrar en una guerra de cifras. Mi pregunta es: '¿Está mejor la ciudad, señor Gallardón?'. Más allá de las cifras, hay que estar con la gente".
El alcalde -que pareció leer el mismo documento con el que hizo balance de dos años de gobierno el pasado martes- había respondido a priori, en el discurso de apertura: se felicitó por el proceso de "modernización" que ha acometido en Madrid; opinó que las obras, molestas pero "necesarias" para culminar ese proceso, están avaladas por los madrileños, que votaron mayoritariamente el programa del PP en 2003; y subrayó los avances en el fomento del transporte público -el cierre al tráfico de zonas del centro, la instalación de un bordillo separador del carril bus y la renovación de la red de metro-. Terminó agradeciendo la unidad de toda la corporación en torno a la candidatura olímpica.
La oposición respondió a Gallardón que él nunca mira, ni por tanto ve, la "ciudad real": según PSOE e IU, una gran urbe tomada por las obras, endeudada hasta arriba y con fuertes desequilibrios. "Le voy a dar un consejo: aterrice. Dialogue menos con la ciudad y sus paisajes y más con los vecinos", le espetó Inés Sabanés, portavoz de IU. Y Trinidad Jiménez le reprochó: "No sabemos qué modelo de ciudad pretende, lo único evidente es que los problemas ligados al bienestar de la gente son olvidados en favor de una supuesta mejora de las infraestructuras".
Jiménez recordó que hay en marcha 75 obras en Madrid, y, aunque admitió que no sólo corresponden a proyectos del Ayuntamiento, sino también de la Comunidad y del Ministerio de Fomento, dijo que es responsabilidad del alcalde establecer una "planificación" entre ellas que no se ha producido y que ha traído el "caos" en el tráfico: "Tenemos la peor media de velocidad de la circulación de los últimos 20 años: 13,9 kilómetros por hora", subrayó.
Inés Sabanés retó a Ruiz-Gallardón a "debatir en serio" sobre la obra de la M-30 con "urbanistas, arquitectos, vecinos y sindicatos". Y sostuvo que el PP no puede justificar esa obra alegando que estaba en el programa que ganó las elecciones con mayoría absoluta. "Nadie podía saber que [su ejecución] supondría un gigantesco endeudamiento", apuntó. Manuel Cobo respondió a Sabanés: "¿Y qué creía usted cuando anunciamos la reforma de la M-30 en campaña electoral? ¿Qué era gratis?". A Trinidad Jiménez le dijo: "Es cierto, estamos en el peor momento de las obras: cuando más se notan las molestias. Pero cuando esto termine, la ciudad estará transformada, los ciudadanos habrán recuperado su río, y ustedes se darán cuenta de que se equivocaron manteniendo esta oposición frontal a un proyecto que es histórico".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Obras municipales
- Oposición municipal
- Plenos municipales
- Presupuestos municipales
- Alberto Ruiz-Gallardón
- Declaraciones prensa
- Finanzas municipales
- Madrid
- Gente
- Comunidad de Madrid
- Finanzas públicas
- España
- Finanzas
- Urbanismo
- Sociedad
- Ayuntamientos
- Gobierno municipal
- Administración local
- Política municipal
- Administración pública
- Política