"Hay procesos en América Latina que nos preocupan muchísimo"
La UE ve con preocupación las muestras de inestabilidad política que sacuden a América Latina y frente a ellas quiere jugar un papel en el reforzamiento de la democracia y del Estado de Derecho con acuerdos políticos, comerciales y de ayuda al desarrollo, según manifestó ayer Benita Ferrero-Waldner, comisaria de Relaciones Exteriores de la UE. Las crisis en Ecuador y Bolivia y la posibilidad de enviar a observadores electorales a Venezuela están sobre la mesa.
Las relaciones entre la UE y América Latina evolucionan positivamente, pese a contratiempos como la paralización del acuerdo comercial con Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), pero la atmósfera de inestabilidad que se extiende sobre la región inquieta a la Unión. "Hay muchísimo que hacer en muchos países", dice Ferrero-Waldner. "Hay procesos que nos preocupan muchísimo".
Cita entre ellos el cuestionamiento del régimen constitucional en Ecuador y las protestas de Bolivia. "Es importante que Ecuador vuelva al ámbito constitucional. Y a los bolivianos les pediría que luchen por sus demandas de un modo pacífico", señala la comisaria. En la UE "estamos dispuestos a jugar un papel en el fortalecimiento de la democracia y el estado de derecho" en América Latina.
Otro foco de tensión política es Venezuela, donde el Consejo Nacional Electoral ha manifestado su deseo de invitar a observadores de a UE a las municipales de agosto. "No hemos recibido ninguna invitación", puntualiza Ferrero-Waldner. "Si nos invitan, habría que estudiarlo con cuidado. Sólo acudimos a observar en situaciones extraordinarias". El referéndum revocatorio del año pasado se celebró sin observadores comunitarios.
Las relaciones con el poderoso Mercosur atraviesan un periodo de hibernación tras la paralización en otoño de unas negociaciones que después de cinco años siguen sin dar fruto. "Tenemos la impresión de que los países del Mercosur quieren un acuerdo ligero, y eso no es lo que queremos nosotros", apuntaba la comisaria antes de la reunión en que anoche pareció establecerse un nuevo clima. La UE desea que la otra parte fije reglas claras para las inversiones, que abra el sector servicios, que haya competencia en los concursos públicos y libre circulación de bienes. A cambio, está dispuesta a transigir en agricultura.
Ferrero-Waldner viajará a Buenos Aires, Brasilia, Asunción y Montevideo en julio "para empujar el proceso y ver si conseguimos alcanzar un acuerdo antes de la reunión de diciembre en Hong Kong" sobre liberalización del comercio mundial. "Quisiéramos que fuera ambicioso y equilibrado, que vaya más allá del diálogo comercial, porque así se reforzaría la integración regional que es uno de los objetivos estratégicos de la UE".
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