Cáritas pide al Consell más compromiso contra la pobreza y fondos "suficientes" para prestaciones sociales
Cáritas reclamó ayer al Consell "voluntad política" para abordar la lucha contra la pobreza. "Hay recursos económicos y técnicos" para hacerle frente, por lo que pidió "políticas serias, coordinadas y dotadas" de fondos para combatir la pobreza. El coordinador del área de acción social de la entidad católica, Vicente Andrés, que ayer participó en la presentación del balance de actividad del año pasado, insistió en solicitar una "cobertura suficiente" para prestaciones sociales y simplificar su tramitación, a la vez que aludió a tres instrumentos legales que debería impulsar el Gobierno valenciano.
El primero es la Ley de Rentas Mínimas, un texto sobre el que se "debería de retomar el diálogo" que se suma a una ley de empresas de inserción y a un plan de inclusión social participado por las asociaciones y entidades involucradas "que pueda coordinar las políticas de la Comunidad Valenciana".
Cáritas recordó que un 80% de sus atenciones del año pasado tuvieron como destinatario a personas extranjeras, por lo que pidió a las comunidades parroquiales que sean espacios de acogida que favorezcan las relaciones y las comunicaciones con los inmigrantes. Además la asociación hizo una llamada a la solidaridad con el tercer mundo: "Si queremos que tengan allí condiciones de vida, deberemos rebajar nuestras cotas de bienestar", comentó Andrés, que se refirió al peso que puede tener el voluntariado
Cáritas Diocesana de Valencia atendió el año pasado a un total de 30.800 personas, de las que más de 22.000 eran inmigrantes procedentes mayoritariamente de Ecuador, Bolivia, Colombia, Nigeria y Marruecos. La mayoría de las atenciones prestadas desde las 395 sedes en parroquias valenciana fueron de alimentación -más de la mitad-, vivienda y pago de alquiler, lo que demuestra, según la directora de Cáritas, Concha Guillén, que "aún hay bolsas de pobreza y situaciones en las que se pasa hambre". Cáritas destinó en 2004 el 73% de su presupuesto de tres millones de euros a acción social. Un 9% recayó en desarrollo comunitario, un 6% en sensibilización y el 8% se dirigió a ayuda a otras instituciones como Proyecto Hombre y la fundación para el empleo José María Haro. Para prestar estos servicios, contaron con la colaboración de cerca de 3.000 voluntarios y un equipo técnico de un centenar de personas. Además, en el ámbito internacional, la entidad financió la instalación de 63 bombas de extracción de agua para abastecer a 180.000 personas en Etiopía y reconstruyó cinco escuelas de estudios elementales y grado medio en Irán.
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