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El boicoteo y la apatía se alían contra el referéndum egipcio

Los resultados de la consulta para la reforma política se darán a conocer hoy

Ángeles Espinosa

Un imponente despliegue antidisturbios abortó ayer las manifestaciones de la oposición, en El Cairo y otras ciudades egipcias, contra el polémico referéndum para lanzar la reforma política. También había numerosos policías ante los colegios electorales de la capital. Sin embargo, 70 kilómetros al norte, en Menia al Qamj, reinaba la calma.

En esta comarca del delta del Nilo, como en la mayoría del país, la población ignoró la consulta, cuyos resultados se harán públicos hoy.

A mediodía, en el centro de voto de Al Rubamayia, una localidad de 4.000 habitantes, había más funcionarios que votantes. Aunque los responsables se negaron a desvelar cuántos de los casi dos mil censados habían ejercido ya el sufragio, había pocas marcas en las listas. Durante la visita de esta enviada, sólo un anciano acudió a votar. "Vienen al final del día, cuando acaban de trabajar", justificó el presidente de una de las cuatro mesas electorales. Pero la jornada de los campesinos acaba con la puesta de sol, sobre las siete de la tarde en Egipto, justo cuando cierran los colegios.

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Abbas, en Washington

"Nadie va a venir a votar porque es la época de recoger el trigo y la gente está ocupada en el campo", confía el alcalde, Yehya Abaza, un terrateniente local que vive en El Cairo. "Además, la gente está harta", abunda Abaza, pero es difícil saber hasta qué punto la baja participación responde al boicoteo o a la apatía tras 24 años de Gobierno de Hosni Mubarak. De familia liberal vinculada al Wafd, el regidor simpatiza con la oposición y lo plasma marcando abiertamente la casilla negra, "en desacuerdo", a pesar de que todos los grupos excepto el gobernante PDN han pedido el boicoteo.

Se votaba la enmienda al artículo 76 de la Constitución, que permitirá la elección del presidente por sufragio universal directo. Tras años pidiendo ese cambio, la oposición ha puesto el grito en el cielo ante las condiciones fijadas. Aunque los partidos políticos reconocidos podrán presentar candidatos en las elecciones del próximo septiembre, a partir de la siguiente convocatoria necesitarán tener un 5% de escaños en ambas cámaras. Los independientes, la firma de 250 cargos electos, 65 de ellos parlamentarios. Misión imposible con un Parlamento dominado por el PDN.

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"Es una tomadura de pelo", manifiesta S. J., una consultora del Ministerio de Sanidad, para justificar su ausencia de las urnas. S. J. está indignada con las autoridades. "Mi oficina está cerca de un colegio electoral y a media mañana hemos empezado a oír cláxones como si hubiera una fiesta. ¡Han traído a los votantes en autobuses!", relata.

El esfuerzo del régimen por contrarrestar el boicoteo de la oposición parece indicar su inquietud por el creciente descontento social. De vuelta a El Cairo, la plaza de Ramses, uno de los tres puntos en los que Kifaya (el Movimiento Egipcio por el Cambio) había convocado a sus seguidores, está totalmente tomada por la policía. Decenas de agentes y de vallas metálicas bloquean el acceso al centro de la plaza para impedir manifestaciones. Igual sucede ante el Tribunal Central y frente a la Universidad de El Cairo. Inasequibles al desaliento, los organizadores empiezan a enviar mensajes telefónicos con un nuevo punto de encuentro: la plaza de Saad Zaghlul.

Apenas dos centenares de activistas logran reunirse antes de ser atacados, primero por un grupo pro Mubarak y luego por los policías, de uniforme y de paisano, que han asistido impasibles a la agresión. También fracasa otro intento de manifestación ante la sede del sindicato de periodistas. El centro de la ciudad está tomado. El coordinador de Kifaya, George Ishaq, tachó de "matones al servicio del PDN" a los contramanifestantes y testigos presenciales aseguraron haber oído a los mandos policiales dándoles instrucciones. La jornada concluyó con 21 detenidos en El Cairo y 25 en Ismailía, junto al canal de Suez, según fuentes policiales citadas por las agencias de prensa.

Los Hermanos Musulmanes, con la mayoría de sus dirigentes en prisión preventiva, no han podido o no han querido mostrar su peso.

Manifestantes del movimiento Kifaya frente a partidarios del presidente Mubarak, ayer en El Cairo.
Manifestantes del movimiento Kifaya frente a partidarios del presidente Mubarak, ayer en El Cairo.AP

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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