El primer ministro holandés vincula el tratado a la lucha antiterrorista
Con una campaña institucional tardía y los sondeos anunciando una victoria del no en el referéndum holandés del 1 de junio sobre la Constitución europea, el primer ministro democristiano, Jan Peter Balkenende, ha pedido el voto afirmativo para "mejorar la cooperación contra el terrorismo". Sus palabras, recogidas por el rotativo francés Le Figaro y el holandés De Volkskrant, vinculan un espacio común más seguro a la victoria del sí.
"Compartir unos valores implica mostrarse unidos, sobre todo en asuntos de paz y seguridad, algo que el Tratado facilitará al mejorar la colaboración entre las distintas policías, tribunales y servicios de información", afirma Balkenende, que recuerda las "horribles imágenes de España [en el 11-M]" y añade: "No es el momento de atrincherarse detrás de nuestras fronteras porque hay un terrorismo internacional que se dedica a destruir nuestros valores".
El primer ministro ha tratado de disipar las dudas sobre los supuestos efectos nocivos de una Europa muy amplia: "Los distintos países de la UE no perderán su identidad con el Tratado Constitucional europeo. Además, asuntos como la entrada de Turquía no vertebran este referéndum, por importantes que sean", dice.
A sus palabras y a su presencia en la calle en actos a favor del Tratado han empezado a unirse varios de sus ministros. Un gesto que no había sido considerado esencial por el Gobierno holandés hasta que la contundencia de los sondeos ha convertido el rechazo a la Constitución en algo factible.
Independencia
El frente que promueve el voto negativo, en el que destaca el Partido Socialista radical (SP), y en el otro extremo el independiente y antes liberal Geert Wilders, hablan de conservar la independencia y de recortar la burocracia comunitaria. Para el elector medio, se trata de un mensaje menos abrumador que el dirigido por algunos ministros del propio Gobierno.
El de Justicia, Piet Hein Donner, ha augurado el regreso de conflictos como el de los Balcanes de ganar el no. Su colega de Inmigración, Rita Verdonk, prevé una oleada de inmigrantes dispuestos a pedir asilo en Holanda. El de Finanzas, Gerrit Zalm, habla de parón económico en el mercado natural holandés, la UE. Y el de Exteriores, Ben Bot, afirmó que la gente "se aferra a argumentos no directamente relacionados con la Constitución; para votar así, por razones equivocadas, es mejor que se queden en casa".
Los sondeos siguen pronosticando imparables la derrota de la Constitución en Holanda. Los últimos en publicarse, el pasado fin de semana, otorgaban ya un 63% al campo del no y un 37% al sí.
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