Detenido un hombre por la muerte de un paracaidista de 19 años en octubre
La Policía Nacional ha detenido a un joven colombiano relacionado con la muerte en Getafe, en octubre de 2004, del soldado de las Fuerzas Armadas españolas Óscar Johanny Mesa Marín, también colombiano, y ha determinado que el móvil del homicidio fue, al parecer, económico. El fallecido tenía 19 años y era paracaidista.
Según informó ayer la Jefatura Superior de la Policía de Madrid, el detenido ha sido identificado como Donato Antonio R. E., de 35 años, para quien el juez ya ha decretado su ingreso en prisión. Las mismas fuentes han indicado que la causa de este homicidio estuvo supuestamente relacionada con la venta de un coche robado. Los hechos tuvieron lugar el 26 de octubre del pasado año, cuando un vecino de Getafe circulaba con su bicicleta y encontró el cadáver de un joven que se hallaba fuera de la calzada, en la cuneta de la carretera que va desde esta localidad hasta el barrio de Perales del Río. El cadáver presentaba tres puñaladas; dos en el pecho y la tercera en la espalda.
La investigación del suceso se dejó en manos de agentes del Grupo X, que tras la identificación de la víctima comenzaron a tomar declaración a todos los familiares y amigos de ésta. De esta manera, pudieron saber que Óscar Johanny, que entonces tenía 19 años y era legionario paracaidista, estaba interesado en la compra de un vehículo, en concreto de un Seat León negro, que le había ofrecido Donato Antonio. Ambos acordaron un precio y la víctima le hizo un primer pago de 3.000 euros.
Así, y siempre según las mismas fuentes, en la noche del día 25 de octubre de 2004, comprador y vendedor quedaron en la plaza de Legazpi de Madrid para efectuar el segundo pago y la entrega del vehículo. Óscar Johanny salió de su casa a las diez de la noche con el dinero en efectivo, y nunca volvió.
Según las investigaciones, el coche que Donato Antonio pretendía vender a la víctima era robado, lo que, unido a las constantes contradicciones en las distintas declaraciones recibidas del primero, hicieron sospechar a los agentes pues en los interrogatorios el detenido no daba una versión clara. Además, Donato Antonio, que en las fechas del crimen se encontraba en situación de tercer grado, desempeñaba un trabajo remunerado en torno a 610 euros, aunque los investigadores constataron varios movimientos económicos con ingresos extraordinarios en sus cuentas. El sospechoso volvió a incurrir en contradicciones, lo que motivó su detención.
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