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Reportaje:Poesía | FERIA DEL LIBRO DE MADRID

La era de los juegos reunidos

Javier Rodríguez Marcos

Los libros de poemas, como los airgamboys, dan más juego los unos al lado de los otros.

En un país en el que la mitad de los clásicos carece de recopilaciones fiables de sus textos, ésta ha sido la temporada de las obras completas. Mientras Cátedra ultima la versión de Juan Antonio González Iglesias, Aache publica las Poesías completas de Catulo, un volumen bilingüe que reúne los ciento y pocos poemas que se conservan del deslenguado autor latino. Ahí están la crítica social, el erotismo y el desgarrado llanto por la muerte de un hermano. El mismo desgarro que puso César Vallejo: "Hermano, hoy estoy en el poyo de la casa, / donde nos haces una falta sin fondo!". El poema forma parte de Los heraldos negros, el primero de los tres libros del poeta peruano. Éstos se suman ahora a los poemas póstumos, reproducidos en facsímil, en la edición de Antonio Merino de la Poesía completa (Akal) del autor de España, aparta de mí este cáliz. Verbosos como muchos del Trilce vallejiano son los versos del galés Dylan Thomas, cuya, ya lo han adivinado, Poesía completa (Visor) ha traducido Margarita Ardanaz, una experta en aves raras y pájaros solitarios que ya había vertido al castellano a escritores como Emily Dickinson (Cátedra) y Seamus Heaney (Hiperión). Para la misma Hiperión y con el título de marras, María Cóndor y Gustavo Falaquerna han preparado una edición de la obra lírica de Edgar A. Poe, un poeta sin el que Baudelaire y con él buena parte del siglo XX no habrían sido los que fueron.

Por lo que pueda venir, para los autores vivos, que escriben con la puerta abierta, el sintagma "obras completas" se traduce como "poesía reunida". La tendencia al recuento atraviesa felizmente todas las generaciones, desde Antonio Gamoneda, un clásico ya -Esa luz (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores)-, a Andrés Sánchez Robayna -En el cuerpo del mundo (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores)-. También los más jóvenes se detienen a "contemplar su estado". Así, Carlos Marzal ha recopilado sus cinco libros -de El último de la fiesta a Fuera de mí- bajo el título general de El corazón perplejo (Tusquets). El poeta valenciano ha añadido al volumen un buen puñado de inéditos y lo propio ha hecho Luis Muñoz en Limpiar pescado (Visor). En alguna ocasión, recopilar quiere decir rescatar. Es el caso de José Luis Piquero, galardonado con el Premio Ojo Crítico de Radio Nacional de España por Autopsia (DVD), la reunión ampliada de una obra imprescindible pero hasta ahora dispersa. Fuera del castellano pero sin salir de la Península, dos apuntes y una excepción. Los apuntes: los catalanes Joan Margarit -El primer frío (Poesía 1975-1995) (Visor)- y Gerard Vergés -La raíz de la mandrágora (1982-2002) (La Poesía, Señor Hidalgo)-. La excepción a la regla de los escritores en ejercicio es la Poesía completa (Alfaguara) de José Saramago, un volumen de más de seiscientas páginas que contiene la versión original de los versos del Nobel portugués y la versión castellana del poeta Ángel Campos Pámpano. Cualquiera de estos tomos tiene mucho de maleta, casa y biografía. Y algo de caja grande de recreativos Geiper. Lo dijo Gil de Biedma: el juego de hacer versos tiene algo de vicio solitario.

El poeta Antonio Gamoneda.
El poeta Antonio Gamoneda.MIGUEL GENER

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Sobre la firma

Javier Rodríguez Marcos
Es subdirector de Opinión. Fue jefe de sección de 'Babelia', suplemento cultural de EL PAÍS. Antes trabajó en 'ABC'. Licenciado en Filología, es autor de la crónica 'Un torpe en un terremoto' y premio Ojo Crítico de Poesía por el libro 'Frágil'. También comisarió para el Museo Reina Sofía la exposición 'Minimalismos: un signo de los tiempos'.

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