Así se propagó la llama
Parece una versión de la frase sobre la teoría del caos (una mariposa bate sus alas en Madrid y llueve sobre Pekín): la revista estadounidense Newsweek publica un breve en su edición del 2 de mayo y nueve días más tarde se producen, a casi 11.000 kilómetros de distancia, en diferentes puntos de Afganistán, sobre todo en Jalalabad, violentas manifestaciones.
La propia revista, que se ha visto obligada a rectificar la afirmación de que soldados tiraron el Corán por el retrete en la prisión de la base de Guantánamo, relata que el incendio se produjo cuando el famoso jugador de críquet paquistaní, Imran Jan, opositor al presidente Musharraf, un aliado clave de Washington desde el 11-S, denunció la presunta profanación con el semanario en una mano y el libro sagrado en la otra. "Esto es lo que está haciendo EE UU: ultrajar el Corán", dijo Khan. Sus comentarios, y los de clérigos y políticos de la oposición, fueron recogidos por radios locales afganas. "Islamistas radicales enemigos del Gobierno, apoyado por EE UU, del presidente afgano Hamid Karzai explotaron el descontento local con la crisis económica y la presencia de tropas estadounidenses, y se produjeron las revueltas", explica la revista en un artículo titulado Cómo se declaró el incendio.
El miércoles 11 de mayo empezaron las manifestaciones, en algunos casos muy violentas, en Afganistán. El viernes, día sagrado de los musulmanes, en las oraciones de las mezquitas se condenó en todo el mundo islámico la presunta ofensa contra el libro sagrado.
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