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Reportaje:

Ronaldo 'une' a palestinos e israelíes

El madridista desata la pasión futbolística en su visita a Ramala y Herzlia como Embajador de Buena Voluntad de la ONU

Los israelíes y los palestinos, en sangriento conflicto y divorciados por espinosos asuntos, tienen, al menos, algo en común: su amor por el fútbol. Un amor que ayer se convirtió en una pasión desenfrenada al ver de cerca a su gran ídolo: el delantero madridista Ronaldo.

La estrella brasileña se quedó sorprendida ante la espectacular acogida que se le dispensó en Ramala (Cisjordania) y Herzlia (al norte de Tel Aviv). Como Embajador de Buena Voluntad del Programa para el Desarrollo de Naciones Unidas, visitó por primera vez Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) dejando como huella una amplia sonrisa en las caras de miles de niños.

Los primeros en recibir al astro en el aeropuerto Ben Gurion, cerca de Tel Aviv, fueron Sami y su sobrino Dror, dos israelíes de origen brasileño que, enfundados en el uniforme de la selección canarinha, se emocionaron al ver cómo Ronaldo, escoltado por fornidos hombres de seguridad, abría la ventanilla del jeep blindado de la ONU y les firmaba sendos autógrafos.

"No podemos aportar nada a nivel político, pero mi presencia puede convencer a mucha gente"
"El fútbol para mí es una forma ideal de promover la convivencia"

De ahí, en volandas, a Ramala, que enloqueció literalmente para dar la bienvenida al jugador. Miles de palestinos en las calles, miles de niños con las camisetas brasileñas y madridistas, evidentemente todas con el 9.

Ronaldo firmó un balón al primer ministro palestino, Ahmed Qurei, que parecía un niño más, exultante por haberle conocido en persona. El jefe del Gobierno palestino agradeció su visita: "Su presencia es muy importante para nosotros. Nos ha mostrado su apoyo a nuestra causa y a la paz entre los pueblos".

Ronaldo afirmó sentirse "muy feliz" por estar "en este magnífico país". "Ojalá algun día pueda venir a jugar algún partido amistoso con el Madrid o con la selección brasileña". Jader, de 11 años, soñaba en voz alta: "Le voy a pedir que juegue en nuestra selección".

El crack carioca animó a los palestinos a apostar por el camino de la paz. "Yo sé que no podemos aportar nada a nivel político, pero también sé que mi presencia aquí, como la de otros famosos, puede convencer a mucha gente . El fútbol, para mí, es una forma ideal de promover la convivencia". Del desenlace de la Liga española y de su vida personal, como estaba previsto, ni una palabra. Antes de abandonar Ramala, Ronaldo inauguró una academia que lleva su nombre y que, entre otras cosas, ofrecerá gratuitamente estudios a jóvenes sin posibilidades económicas.

En palabras de Ahmed Qurei, "Ronaldo ha marcado un gran gol contra la pobreza". Los miles de niños palestinos, que se resignan a verle a través de los televisores, no se lo creían. La figura, en carne y hueso, estaba allí. Todos, sin excepción, incluso algunos con la camiseta del Barça, se lanzaron a por una firma, a por una sonrisa, a por una foto. Todo valía para ese fin, de ahí que no hubiera ahorro de empujones, golpes y gritos.

Tras Ramala, le tocó el turno a los fans israelíes. Miles de personas, la mayoría niños también, se congregaron en el estadio de Herzlia, al norte de Tel Aviv. Ronaldo, acompañando del viceprimer ministro, Simón Peres, participó en el ambicioso proyecto Escuela de Fútbol para la Paz. Una iniciativa patrocinada por el Centro Peres de la Paz, que organiza torneos en los que jóvenes israelíes y palestinos compiten en equipos mixtos.

Ronaldo se emocionó igualmente al saludar a un niño llamado como él. El pequeño, de 7 años, nació en la víspera de la final de la Copa del Mundo de Francia 1998, en la que Zidane y sus compañeros ganaron por 3-0 a los brasileños. Moshe Jana, ferviente admirador suyo, no dudó ni un instante y, ante la sorpresa de sus familiares, puso su nombre al recién nacido. Desde ese día, su hijo sólo tenía un sueño: encontrarse con su "hermano mayor". Sueño cumplido.

Ayer, jóvenes y adultos, israelíes y palestinos, dirigentes y ciudadanos se olvidaron por un día de todas las sombras que se ciernen sobre su realidad y vibraron con la presencia de su particular O Rei.

Ronaldo (arriba, en el centro) posa con niños del proyecto <b>Escuela de Fútbol para la Paz,</b> en el que israelíes y palestinos compiten en equipos mixtos.
Ronaldo (arriba, en el centro) posa con niños del proyecto Escuela de Fútbol para la Paz, en el que israelíes y palestinos compiten en equipos mixtos.REUTERS

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