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CAÑADA REAL, LA CIUDAD FANTASMA

Un solar ilegal de 1.500 metros llega a costar 120.000 euros

F. Javier Barroso

"Se cede". Ésos son los carteles o las pintadas que más se ven en las distintas parcelas que se aglutinan a lo largo de los 15 kilómetros que mide el poblado de la Cañada Real Galiana. Al lado aparecen siempre números de teléfonos móviles.

Una simple llamada a estos números permite llevarse más de una sorpresa. Los dueños de las construcciones ilegales llegan a pedir hasta 120.000 euros por parcelas de unos 1.500 metros cuadrados, aun a sabiendas de que no se podrá pasar por una notaría para legalizar el traspaso de la posesión. No se puede hablar de propiedad, por tratarse de construcciones sin permisos regionales o municipales.

"Mire, la parcela está muy bien. Tiene cuatro casas, una nave muy grande de unos 100 metros cuadrados para los coches. Además, todo el recinto está vallado. Merece la pena", dice la voz de un hombre al otro lado del teléfono. El precio: los citados 120.000 euros.

Otro vendedor rebaja el precio. La ubicación es mucho peor. Está más alta en la cañada, hacia el número 200, y los accesos son de tierra, pero eso no lo dice el dueño: "Son dos casas de pueblo, con una parcela de 1.000 metros y un garaje muy grande". "Con siete millones de pesetas [42.000 euros] lo arreglamos todo", intenta convencer al comunicante. "Cuando quiera puede venir a verla", añade antes de colgar.

La única calle en la que sus propietarios pagan la contribución y están legales es la de Francisco Álvarez. Allí se agrupan una veintena de casas y diversos bares.

Vigilancia permanente

Fuentes policiales señalaron que la vigilancia es constante en esta zona marginal de Madrid. Los coches patrulla o camuflados de la comisaría de Villa de Vallecas no dejan de recorrer la zona. Y eso que se encuentra a unos 20 minutos de distancia de la comisaría, en el barrio de Entrevías. "Ya nos conocen. En cuanto nos ven, cierran la puerta para que no veamos lo que hacen dentro", comentan un policía y un oficial del distrito.

La zona también tiene un vigilancia especial por parte de la Policía Municipal, según el inspector jefe del cuerpo, José Luis Morcillo. Los agentes locales hacen controles continuos de los camiones que descargan vertidos y basuras en Valdemingómez. "Uno de nuestros objetivos prioritarios es evitar los atropellos a los niños", explica Morcillo. También hacen operaciones conjuntas con el Cuerpo Nacional de Policía -en el control de personas y de vehículos- y con la Guardia Civil, en materia de vertidos incontrolados. Recientemente fueron desmantelados varios solares dedicados a escombreras, que carecían de licencias municipales y regionales.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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