"La polémica es absurda"

Cándido Paz-Ares fue miembro de la Comisión Olivencia, que elaboró el primer código español de buen gobierno en 1998, y de su sucesora Comisión Aldama, y es catedrático de Derecho Mercantil y socio del despacho de abogados Uría y Menéndez. Desde esta última posición ha asesorado a muchas empresas sobre los conflictos de interés que se pueden dar cuando la sociedad hace negocio con personas o grupos que tienen influencia en la misma. No sólo los consejeros y sus allegados, sino también accionistas de referencia, directivos... En su opinión, la polémica creada en torno a las parejas de los consejeros es "absurda".

Para Paz-Ares, que no ha notado ninguna inquietud entre los consejeros por las exigencias de la CNMV, lo único que intenta la ley es reconocer que hay situaciones de pareja distintas al matrimonio que pueden ser causa de un conflicto de interés para los consejeros. Como las parejas de hecho.

Este experto rechaza también que la obligación de comunicar estas operaciones tenga nada que ver con el derecho a la intimidad. Y lo explica a través del procedimiento habitual que ya siguen las empresas cotizadas para dar cuenta a los mercados de las operaciones vinculadas de este tipo: "La compañía es la que tiene que hacer el informe y puede saber lo que hacen sus consejeros, pero no los familiares de éstos, así que les pregunta". Son éstos los que deben declarar si existe algún conflicto de interés y con quién, y lo normal es que entonces no participen en las reuniones del consejo sobre la operación o se abstengan en las votaciones.

"La mejor medicina contra el fraude es que haya luz y taquígrafos", concluye el abogado de Uría, quien subraya que el trámite ante la CNMV es sólo la forma de llegar a todos los accionistas.