Benedicto XVI anuncia en latín el inicio del proceso de beatificación de Juan Pablo II

No abundan los papas santos en los últimos siglos, ni siquiera beatos -salvo san Pío X, papa a comienzos del siglo XX, y los beatos Pío IX (entre 1846 y 1978) y Juan XXIII (1958-1963)-, así que el comienzo del proceso de beatificación de Juan Pablo II, mes y medio después de su muerte, es una noticia inusual. Su sucesor y amigo, Benedicto XVI, leyó ayer en latín al clero romano una comunicación disponiendo el inicio inmediato del proceso sin esperar al periodo de cinco años posterior a la muerte que establecen los documentos vaticanos.

Durante su reunión con el clero romano en la catedral de San Juan de Letrán, el Papa, sonriendo, comentó que tenía que comunicar una noticia que les gustaría a todos, informa Efe. El Papa leyó entonces, en latín, la comunicación, que fue acogida con un aplauso por parte de los párrocos y por el cardenal Camillo Ruini, vicario del Pontífice en Roma, que fue quien pidió oficialmente la rápida beatificación.

El comienzo de la causa que llevará a Wojtyla a los altares tendrá la fecha de 13 de mayo, 24 aniversario del atentado sufrido por Juan Pablo II en la plaza de San Pedro. Además, es la fecha de la primera aparición de la Virgen de Fátima, un evento importante para la devoción mariana del papa polaco. Juan Pablo II siempre habló de un milagro que la Virgen hizo para salvarle la vida desviando la bala disparada por el turco Ali Agca.

El cardenal de Milán, Dionigi Tettamanzi, dijo ayer que el anuncio del papa Ratzinger "es la respuesta a una petición popular muy difundida", en alusión al grito de "subito santo" ("santo ya") que decenas de miles de personas corearon repetidamente el pasado 7 de abril en la plaza de San Pedro durante el funeral del papa Wojtyla.

El escrito leído por Benedicto XVI, y difundido por el Vaticano en italiano, afirma que "bajo la petición del cardenal Ruini, el sumo Pontífice Benedicto XVI, consideradas las peculiares circunstancias expuestas en la audiencia concedida al cardenal vicario general el 28 de abril del 2005, ha dispensado el tiempo de cinco años de espera después de la muerte del siervo de Dios Juan Pablo II (Karol Wojtyla), Sumo Pontífice, para que la causa de beatificación y canonización de este siervo de Dios pueda comenzar lo antes posible. A pesar de cualquier cosa en contra".

Juan Pablo II ya había agilizado el proceso de beatificación de Teresa de Calcuta, que murió en el 1997 y fue proclamada beata en 2003, aunque necesitó 35 años para la beatificación de Juan XXIII, conocido como "el Papa bueno". Los obispos del Concilio Vaticano II, puestos en pie, reclamaron en 1965 su pronta beatificación, junto con la de Pío XII, esta última paralizada a causa de noticias posteriores sobre su comportamiento ante el régimen nazi. Tampoco avanzó en ese largo pontificado la causa de beatificación de Pablo VI, el papa que concluyó el Vaticano II, pese a reiteradas peticiones para que fuera agilizada.