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Territorio estudia participar con Lubasa en la construcción de una incineradora en Vall d'Alba

Las negociaciones, según fuentes del PP, se empezaron a concretar a final del año pasado

La Consejería de Territorio, que dirige Rafael Blasco, estudia participar con una unión temporal de empresas dirigida por Lubasa en la construcción de una incineradora en el municipio castellonense de Vall d'Alba. Las negociaciones, que se empezaron a concretar a finales del año pasado según fuentes del PP, podrían culminar en la creación de una empresa mixta similar a la que gestiona la incinneradora de Constantí en Tarragona. La inversión que requiere un incineradora es multimillonaria. Este sistema de quemar los residuos no ha sido utilizado hasta ahora en la Comunidad Valenciana.

La iniciativa que aúpa el consejero Blasco es semejante a la que desarrolla en Cataluña la Junta de Residus de la Generalitat de Catalunya, formada en un 70% por capital público, mientras que el 30% son socios privados. Sin embargo, la Junta no dirige la gestión sino que tiene alquilada la planta para su explotación a otra sociedad denominada Grecat. Ubicada en el municipio tarraconense de Constantí, la puesta en marcha de la incineradora provocó el rechazo no sólo de grupos ecologistas locales sino de la organización Greenpeace, que exigieron su clausura.

Grecat cuenta con tecnología propia, que podría exportar a la Comunidad Valenciana, ya que entre sus socios se encuentran la multinacional Basf y la ingeniería catalana Emte. Además, tiene cuenta entre sus socios con el grupo Ecocat, ya instalado en la Comunidad Valenciana y con una planta de tratamiento de residuos industriales inaugurada en marzo en Castellón. La puesta en marcha de la misma desveló la buena sintonía del grupo con el consejero de Territorio, que acudió al acto al que también asistió la presidenta de la Academia Valenciana de la Lengua, Ascensión Figueres. Por parte del grupo, no sólo acudió el responsable en la zona, sino que el acto contó con la presencia del presidente de Ecocat, Iñigo Meirás.

Fuentes de Territorio negaron ayer que Ecocat forme parte de la UTE liderada por Lubasa que ha propuesto la construcción de una incineradora en Vall d'Alba La consejería, que recalcó ayer que la iniciativa ha partido del sector privado y que no hay nada cerrado, estudia la participación de la empresa pública Valenciana de Aprovechamiento Energético de Residuos (Vaersa), dependiente en el organigrama del departamento de Rafael Blasco.

Territorio remarcó también ayer que en ningún sitio está escrito que no se pueda utilizar la incineración para eliminar los residuos. En este caso, la iniciativa cuenta con la predisposición del alcalde de Vall d'Alba a acoger una instalación de incineración, tras albergar ya otras dos plantas de tratamiento de residuos.

Pese a que Ecocat cuenta con experiencia en el tratamiento por incineración de residuos industriales, en el caso de la planta de Castellón, el grupo ha desarrollado otra tecnología como es la de fluidificación, que convierte los residuos en combustibles alternativos que, de momento, utilizan las cementeras. Las estimaciones iniciales para esta planta sitúan su capacidad de producción en alrededor de 20.000 toneladas al año, aunque para 2005, la previsión se ha fijado entre 9.000 y 10.000 toneladas de producción de fuel blending que provocarán la entrada de otras tantas toneladas de residuos. El sector del juguete, el del mueble, la industria cerámica o la propia refinería de BP Oil son los principales clientes potenciales para una inversión que alcanzó los cinco millones de euros y que tan sólo precisa de cinco trabajadores.

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Polígono para residuos

El alcalde de Vall d'Alba y vicepresidente primero de la Diputación de Castellón, Francisco Martínez, ha caracterizado sus últimos años de gobierno por la remodelación a la que ha sometido a su pueblo que, siendo de interior, cuenta incluso con una gran avenida semejante a un paseo marítimo. La construcción de una plaza de toros ha sido otra de sus aportaciones. Sin embargo, la iniciativa de crear un gran polígono industrial no ha estado exenta de polémica. Por una parte, porque en él ha ubicado ya dos empresas dedicadas al tratamiento, en un caso de purines (orín de cerdo) y, en otro, de neumáticos, bajo la consigna de la "solidaridad" y del compromiso con el medio ambiente. Ambas iniciativas surgieron de la diputación y Vall d'Alba no tuvo reparos en asumirlas. Pero además, Martínez diseñó una ampliación del polígono que ha llegado a los tribunales y de forma poco favorable para el Ayuntamiento. El consistorio medió y cobró por la mediación entre los propietarios del suelo y las empresas urbanizadoras del polígono, para la venta del terreno a un precio mucho menor al real. Así lo han reconocido varias sentencias del Tribunal Superior de Justicia. Uno de los casos se refiere a una finca que se vendió a la urbanizadora Calviga, del grupo Lubasa, que, tras el fallo, habrá de pagar la diferencia de precio.

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