Reunión con empresarios y sindicatos

Durante su visita oficial a la Comunidad Balear, don Felipe y doña Letizia mantienen una intensa actividad en los despachos, alejados del bullicio de la calle y de las felicitaciones por su próxima paternidad.

Ayer, los Príncipes tuvieron una reunión de más de una hora con empresarios y sindicatos, a quienes escucharon los problemas que tiene Palma. Ambos conocieron de primera mano que la actividad empresarial de la isla se concentra, además de en el turismo, en la madera, las perlas y el calzado.

Los empresarios trasladaron a don Felipe su preocupación porque en los últimos años el número de empresas ha disminuido de 70 a 20 y el de empleados ha pasado de 7.000 a 2.000. "Si no hacemos algo nos convertiremos en una isla que vivirá del turismo que llega de fuera, sobre todo de la tercera edad", le advirtieron al Príncipe. El heredero aseguró que cree en la "pujanza de la isla" y a estas cifras respondió con otras. "Por lo que tengo entendido, el volumen de negocio ha aumentado", dijo.

Los sindicatos explicaron en la reunión que la formación de los jóvenes es insuficiente. "Los chavales lo que quieren es ganar dinero rápido, por ejemplo de repartidores, y abandonan su formación. Eso fomenta el empleo precario". También hablaron de inmigración y de los problemas de integración.

En el Parlamento de Baleares, los grupos políticos plantearon a don Felipe la necesidad de reformar el estatuto. Todos coincidieron en la conveniencia de hacerlo pausadamente. El Grupo Socialista se quejó, además, de la falta de financiación en algunas materias. El presidente del Parlamento balear, Pere Rotger, agradeció el "trato privilegiado" de los Príncipes por haber escogido las Islas como primer destino de una visita oficial.

Ya por la tarde, el Príncipe, sin la compañía de doña Letizia, realizó una visita al campus de la Universidad de Baleares. En la Facultad de Derecho y Económicas mantuvo una reunión con las autoridades docentes, que le explicaron cómo funciona su sistema educativo y la particularidad de las clases semipresenciales, con conexiones por videoconferencia desde Mallorca con Menorca e Ibiza. En esta facultad el Príncipe escuchó gritos contra la monarquía de unas decenas de estudiantes, que celebraban al mismo tiempo una protesta organizada por la Coordinadora de Estudiants dels Països Catalans.