Maragall avisa de que no cederá en "lo esencial" de la reforma estatutaria

Los dirigentes del socialismo catalán, Pasqual Maragall y José Montilla, desplegaron ayer toda una exhibición de optimismo sobre la consecución de un nuevo modelo de financiación y la reforma del Estatuto para Cataluña pero al tiempo el presidente de la Generalitat advirtió de que su Gobierno no cederá "en todo aquello que es esencial". En su discurso ante el Consejo Nacional del Partit dels Socialistes (PSC) ayer en Barcelona, Maragall realizó una defensa a ultranza de sus relaciones con el PSOE y se felicitó por los avances cosechados junto al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la construcción de la España federal.

Frente al rechazo que alguna de las propuestas incluidas en el plan de financiación han suscitado en las filas del PSOE, Maragall abogó por no desfallecer en la búsqueda de un pacto del agrado de ambas partes: "Nosotros buscaremos apasionadamente ese resultado, pero cuando sea necesario también lo haremos con la cabeza fría, dispuestos a la transacción y a las cesiones mutuas en todo aquello que no sea esencial". El presidente no lo citó, pero sin duda se refería a la oposición del PSOE a aceptar el traspaso a la Generalitat del impuesto de sociedades, a fijar en el Estatuto los principios del nuevo sistema o a que la negociación sea bilateral con el Gobierno central y no con el resto de autonomías.

En este sentido, el primer secretario del PSC y ministro de Industria, señaló que las primeras negociaciones han de enmarcarse entre el Gobierno catalán y el central pero que la última decisión corresponde al Consejo de Política Fiscal y Financiera, en el que están representadas todas las comunidades de régimen común.

No obstante, Maragall dijo que para que Cataluña pueda obtener otro Estatuto y una mejor financiación y que España avance hacia el federalismo, deben darse tres condiciones. La primera, un amplio consenso entre las formaciones políticas catalanas. En este sentido, Montilla emplazó a CiU a huir de radicalismos y dejar de poner palos en la rueda. La segunda, obtener el apoyo social y cívico. Y tercera, el buen entendimiento con los socialistas españoles.