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El Tribunal de Cuentas italiano advierte sobre el excesivo déficit, que va hacia el 3,7%

El organismo resalta "el deterioro estructural" que sufre su economía desde el año 2001

Enric González

El Tribunal de Cuentas italiano ha hecho saber al Parlamento que el déficit presupuestario de 2005 se encamina al 3,7% del producto interior bruto (PIB) y que la situación macroeconómica del país ha sufrido "un deterioro estructural" desde 2001, justamente el año en que volvió al poder Silvio Berlusconi. El último informe del organismo que controla la contabilidad nacional de Italia indica que el déficit real, sin ingresos atípicos, ronda el 4,3%, y supone, además de una señal de alarma, una severa crítica a los resultados de la política económica de Berlusconi.

El presidente del tribunal, Francesco Staderini, acudió el jueves a la Comisión de Presupuestos de la Cámara de Diputados para expresar su "grave preocupación" ante la evolución macroeconómica y para aconsejar al Gobierno que retirara sus planes de seguir bajando los impuestos. Según Staderini, la situación era aún más grave de lo que podía pensarse tras las dos advertencias de la Comisión Europea y los últimos cálculos de Eurostat, que ya estimaron el déficit anual en el 3,7%.

Staderini explicó que Berlusconi y sus dos ministros de Economía, Giulio Tremonti primero y Domenico Siniscalco después, habían "maquillado" año tras año los balances con medidas puntuales como el "condono edilizio" (regularización de obras ilegales mediante el pago de una pequeña multa) o la "sanatoria fiscale" (perdón de antiguas deudas fiscales por el mismo método) y que sólo esas maniobras coyunturales o "atípicas" habían permitido que Italia se mantuviera en el límite del 3%. El "déficit de fondo", o estructural, se ha mantenido en una media anual del 4,3% durante los últimos cinco ejercicios.

El deterioro de las cuentas públicas "sólo en parte es atribuible a la reducción del crecimiento" y "sobrepasa el límite que sería justificable por el ciclo económico negativo", dijo Staderini. La fragilidad estructural se veía agravada por la "elevadísima deuda pública", cercana al 105% del PIB. "La reforma del pacto de estabilidad europeo no puede ser considerada un paraguas que nos pone a salvo de riesgos", advirtió

Congelar salarios

El Gobierno de Berlusconi había considerado la posibilidad de congelar por un año los salarios de los 3,3 millones de funcionarios estatales para evitar que el déficit sobrepasara el 3,5% a finales de este ejercicio. Como alternativa a la congelación propuso a los sindicatos un aumento salarial casi simbólico, de 95 euros anuales como media. Pero, tras la amenaza de una huelga general del sector público, Berlusconi anunció que en los próximos días buscaría "un acuerdo satisfactorio" con los funcionarios.

Quedaba pendiente, en cualquier caso, el "examen" al que la Comisión Europea pensaba someter en junio la contabilidad italiana. El ministro de Economía, Domenico Siniscalco, anunció que estaba preparando ya el presupuesto para 2006 con la intención de que fuera aprobado antes de agosto y durara año y medio.

"No estamos preocupados por la evolución de las cuentas públicas, tenemos soluciones", declaró Berlusconi tras el Consejo de Ministros del viernes.Algunas de sus ideas del ministro Siniscalco fueron consideradas, sin embargo, poco realistas por el Tribunal de Cuentas. Siniscalco, por ejemplo, esperaba financiar nuevas reducciones de impuestos (2006 es año de elecciones y, por tanto, de medidas electoralistas) duplicando los ingresos por las tasas sobre el tabaco (de 500 a mil millones anuales) y aumentando los impuestos sobre el juego.

También contaba con los ingresos de la privatización de las autopistas, una privatización que el tribunal juzgó "difícil" de realizar en breve plazo. El tribunal indicó que los cálculos de Siniscalco resultaban exageradamente optimistas y desaconsejó nuevas modificaciones a la baja del impuesto sobre la renta.

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