Interior y los clubes de fútbol refuerzan los controles sobre los hinchas violentos

El Departamento de Interior y los cuatro clubes de fútbol vascos de Primera y Segunda División han cerrado un acuerdo para mejorar el control y la prevención de los actos violentos en los campos de juego. La iniciativa consiste básicamente en reforzar las medidas que actualmente ya están en vigor y establecer un protocolo para que los clubes tengan claro qué es lo que deben hacer en cada momento. Además, este mismo fin de semana se pondrá en marcha una campaña de concienciación dirigida a los seguidores para que rechacen las actitudes violentas, desde lanzar objetos al campo hasta increpar a la afición rival.

El pacto alcanzado entre Interior y el Athletic, la Real Sociedad, el Alavés y el Eibar se ha fraguado durante los dos últimos años. No se ha recurrido a una legislación nueva, sino que se ha optado por potenciar al máximo las posibilidades que ofrecen en materia de prevención de la violencia tanto la Ley Vasca del Deporte como la normativa estatal. La única modificación ha sido el endurecimiento de las sanciones, que desde ahora se duplicarán. El lanzamiento de una bengala o de un petardo, uno de los actos vandálicos más frecuentes, le costará al infractor 2.400 euros frente a los 1.200 estipulados en estos momentos. La invasión del campo se eleva a 1.200 euros (600 en la actualidad). Interior abrió el año pasado 14 expedientes sancionadores por lanzar bengalas y tres por invasión del terreno.

Los clubes se han comprometido, en primer lugar, a mejorar los controles para evitar la introducción en los estadios de objetos peligrosos como bengalas, petardos, botellas o pancartas que inciten a la violencia. También se impedirá la entrada de personas ebrias o bajo los efectos de alguna droga. Para controlar el acceso a su campo, los clubes deben disponer como mínimo

de un auxiliar por cada dos tornos de entrada y un guardia de seguridad por cada cuatro tornos. En el caso de grupos de seguidores potencialmente conflictivos, se aumentará a un auxiliar y dos personas de seguridad por torno.

Dentro del recinto deportivo se incrementará la separación de las aficiones conflictivas mediante vallas o redes especiales. La distancia será determinada por la Ertzaintza en función del nivel de riesgo que exista de que se produzcan altercados. También se refuerza el uso de cámaras de seguridad como medida complementaria. El objetivo es que dos cámaras enfoquen directamente a los núcleos conflictivos para que los infractores puedan ser identificados con rapidez.

Este refuerzo de las medidas de control se complementa con la campaña de concienciación que se difundirá en los propios estadios a través de los videomarcadores y en otros soportes publicitarios. Los clubes enviarán una carta a cada uno de sus socios en la que se les animará a comportarse de una manera cívica. Antes de los partidos, las radios locales emitirán cuñas con mensajes contra la violencia.

Aunque en los últimos años no se han registrado incidentes graves en los principales campos de fútbol de Euskadi, el consejero de Interior, Javier Balza, destacó la necesidad de reforzar la seguridad y concienciar a los aficionados de que la violencia supone una lacra que va en contra de los intereses del propio club al que animan. Balza estuvo arropado durante la presentación por la consejera de Cultura, Miren Azkarate, y por los presidentes de la Federación Vasca de Fútbol, Iñaki Dobaran, y los del Athletic, Fernando Lamikiz; Real Sociedad, José Luis Astiazaran; Alavés, Dimitri Piterman, y Eibar, Jaime Barriuso. Todos abogaron por "educar a la gente" para que se dé cuenta de que el futbol es una fiesta pacífica.