Verdad versus mentira
En El País Andalucía del pasado viernes 29 se publicaba una tribuna firmada por la Ilustrísima señora doña Esperanza Oña, diputada del Parlamento de Andalucía, Alcaldesa de Fuengirola y Vicesecretaria General del PP-A, que, con el título de "Coherencia versus victimismo", insistía en la polémica sobre sus acusaciones a la Consejera de Gobernación, ahora diciendo que "preguntando difícilmente se puede imputar o acusar".
Muchos comentarios merece su tribuna, pero sólo haré dos. Uno, fundamental. Lo que, literalmente, dijo la señora Oña fue: "Señora consejera, ¿van bien los trabajos de sus dos hermanos colocados en la Junta de Andalucía? y ¿de su hermana colocada en la Diputación? Auténtico nepotismo en el Gobierno andaluz".
Juzguen los andaluces y andaluzas. Pero parece que la parte interrogativa es si "van bien los trabajos de sus hermanos". Lo de "colocados" en la Junta es una afirmación. Rotunda. Yo estaba sentado justo detrás de Evangelina Naranjo ese día. Su escenificación de la pregunta también era muy evidente. Demasiado evidente, como siempre.
Y todo esto por no decir "lo siento, perdón, me equivoqué", como cualquier persona seria haría.
Segundo comentario. No hay dos varas de medir. Lo que ocurre es que, con la misma vara de medir, el cariño y la confianza de los andaluces y andaluzas con respecto al Partido Popular y a los socialistas es muy distinto. Con la misma vara de medir. Es como si me miden a mí y a Pau Gasol con el mismo metro. No dará igual. Pues eso ocurre en Andalucía. ¿Por qué será?
¡Ah! Y perdón por adelantado si en algo ofendo. De verdad. Como un ciudadano cualquiera.
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