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Reportaje:

Un pegamento muy especial

El hospital La Fe, de Valencia, emplea una técnica endoscópica con adhesivo biológico para sellar la tráquea de un bebé de tres meses

La pequeña L., de 3 meses, llegó al hospital La Fe, de Valencia, con desnutrición, fiebre por una infección pulmonar y dos operaciones de cirugía abierta a cuestas que no habían podido resolver las complicaciones surgidas de la atresia de esófago de la que había sido intervenida. Se trata de una enfermedad congénita por la que los niños nacen con el tubo esofágico interrumpido. Lo peor era que las tres intervenciones, sumadas a una cuarta por un problema añadido de estómago (estenosis de píloro), desaconsejaban futuras visitas al quirófano, lo que comprometía gravemente la salud de la pequeña.

Una técnica endoscópica basada en la coagulación eléctrica de la herida y el sellado con adhesivo biológico que el hospital valenciano desarrolla desde 1994 ha permitido finalmente resolver los problemas de la pequeña. "Ahora ya gana peso a la carrera", explica Carlos Gutiérrez, que publicó hace 11 años la técnica con la que ya han intervenido a ocho niños.

La atresia que padecía la paciente intervenida a finales de marzo le impedía alimentarse de otra forma que no fuera mediante una sonda. El tratamiento quirúrgico indicado para estos casos consiste en reconstruir el tubo que forma el esófago suturando los dos extremos que se encuentran separados para permitir que el alimento discurra libremente hacia el estómago. La atresia de esófago es el problema congénito más común del sistema digestivo y aparece en uno de cada 2.500 o 5.000 nacidos, según los estudios. Además, suele presentarse junto con una fístula, es decir, una minúscula lesión que comunica el esófago con la tráquea.

En una primera intervención, a la pequeña se le recompuso el esófago, pero el resultado no fue completo ya que no se pudo cerrar la abertura entre los dos conductos. Los canales de entrada de aire a los pulmones y de comida al estómago no se sellaron tras la intervención, de forma que cuando la pequeña tomaba el biberón había leche que acababa en los pulmones. "No sólo eso", apunta Gutiérrez, "es muy común que el bebé regurgite", por lo que entraba alimento en las vías respiratorias cuando comía y durante la digestión.

Esta circunstancia es una de las complicaciones más graves y más frecuentes (se da en entre el 5% y el 15% de los niños intervenidos por atresia) y provoca importantes problemas de salud. Al no comer bien engordan poco y se encuentran más débiles. Además, al entrar comida en los pulmones suelen surgir complicaciones, como en el caso de la pequeña tratada en Valencia, que padecía una infección respiratoria derivada de este problema.

La paciente fue intervenida dos veces en el hospital andaluz en el que recibía atención, pero las operaciones no tuvieron éxito, lo que desaconsejaba nuevas medidas quirúrgicas.

En ese momento fue cuando apareció la posibilidad de ir al hospital La Fe. Ante la falta de salidas, los padres dieron en Internet con Carlos Gutiérrez. "Somos el hospital que más experiencia tiene en esta técnica y no hubo ningún problema en atender el caso que nos remitieron desde Andalucía", recuerda el cirujano.

La originalidad de la técnica es el empleo de un pegamento biológico, el adhesivo de fibrina (Tissucol en su presentación comercial), que sella las fisuras y que al tener factores de coagulación humana favorece la cicatrización y se reabsorbe por el organismo.

Además, su aplicación se hace mediante endoscopia, algo que está especialmente indicado en casos como el de la niña tratada. A través de un soporte tubular metálico de 3,5 milímetros de diámetro se introducen una microcámara -que permitió detectar que no había una úlcera, sino dos- y un bisturí eléctrico, con el que se provoca la coagulación de la fístula. En este caso se comprobó que había dos.

La herida permite fijar mejor la sustancia adhesiva que sella la úlcera y que se introduce inmediatamente después de la coagulación eléctrica. Todo ello por el estrecho conducto que se fija en la tráquea a través del cual se ventila manualmente al paciente.

Carlos Gutiérrez, en el quirófano del pabellón infantil del hospital La Fe, de Valencia.
Carlos Gutiérrez, en el quirófano del pabellón infantil del hospital La Fe, de Valencia.SANTIAGO CARREGUÍ

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