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Reportaje:APUNTES

Los cuadros de la primera industria

Los alumnos de Turismo, llamados a dirigir los negocios, ingresan lentamente en el mundo laboral

Ignacio Zafra

El turismo ocupa el primer lugar de las industrias valencianas. Representa, calculando a la baja, el 11% del Producto Interior Bruto autonómico. Pero su enseñanza universitaria es reciente; de la segunda mitad de los años noventa. La explicación, resumida, es que mientras no hizo falta, mientras los atractivos del territorio fueron suficientes "para descansar ocho meses, trabajar cuatro" y hacer aún así mucho dinero, nadie, ni los empresarios ni el legislador, consideró necesarios unos estudios académicos, opina José María Nátcher, coordinador de la diplomatura en la Universitat de València.

¿A qué responde el cambio? De un lado, a las exigencias de los clientes, responde Nátcher. Los turistas de sol y playa acumulan lustros de experiencia y cada vez exigen más que se cumplan sus expectativas. Del otro, al incremento de la competencia, sobre todo "por abajo"; de países que ofrecen modestos estándares de calidad y precios aún más modestos.

La enseñanza de Turismo es reciente pero, optimistas o no, todos los expertos consultados coinciden en que el crecimiento de alumnos y de los puestos de responsabilidad que ocupan crecen de forma exponencial. Lo cual no es raro teniendo en cuenta que se partía de cero.

El gerente de la Asociación Provincial de Hoteleros de Alicante (APHA), Vicente Marhuenda, asegura que entre un 60 y un 65% de los directores de hoteles de su asociación son titulados en Turismo. Y Pere Joan Devesa, presidente de la potentísima Asociación Empresarial Hostelera de Benidorm y la Costa Blanca (HOSBEC) pronostica que aquellos que no incorporen titulados de turismo a sus negocios están llamados a durar poco en el sector.

Una lectura matizada respecto a la de Alicante (cuya universidad concentra 1.118 alumnos, casi el doble que la de Valencia), se hace en Valencia. José María Nátcher reconoce que las cosas van cambiando poco a poco, pero subraya que subsiste mucha improvisación, especialmente notable en un segmento que define como "intrusista" y que llega al sector desde la construcción, trasladando su "mentalidad especuladora" al turismo. Se trata de directivos que utilizan a los alumnos en prácticas universitarias para "hacer habitaciones" o ser camareros. Actividades, opina el coordinador, que permiten al estudiante conocer los departamentos que un día podrían dirigir. "Pero tiene sentido que el estudiante lo haga durante dos semanas, no durante tres meses".

La diplomatura de Turismo, que se imparte en todas las universidades públicas valencianas salvo en la Miguel Hernández, es lo que se llama multidisciplinar. Incluye el estudio de idiomas; de economía y gestión empresarial; de geografía, historia y territorio; arte; psicología; mercadotecnia; derecho y contabilidad.

Una formación que puede complementarse con los títulos propios (no oficiales) de segundo ciclo. Los diplomados, que acaban los cursos preparados para dar "valor añadido" a los negocios, en palabras de Fernando Vera, director de la Escuela de Turismo de Alicante, tienen no obstante unos duros competidores.

"Compiten mal", explica Nátcher, "con gente que sin haber estudiado en la universidad ni tener sus expectativas domina mucho mejor el día a día del negocio". Personas que provienen de alguna Formación Profesional, o que ha aprendido el negocio desde abajo y puede llevar en él toda la vida. "Muchos hoteleros buscan empleados que les salven el día a día. Nosotros preparamos para la complejidad. Un diplomado puede tardar 15 días en manejar un sistema de reservas. Pero lo que muchos hoteleros no entienden es que ese mismo empleado, con la educación que tiene, podría estar dirigiendo el hotel en menos de 10 años. El problema es que faltan proyectos".

El turismo es la principal industria valenciana y el número de visitantes continúa aumentando cada temporada. Pero desde hace poco se escuchan advertencias: Los turistas aumentan pero cada vez permanecen menos tiempo y, lo que es más grave, gastan menos dinero.El aviso está dado, y las recetas elaboradas por empresarios y administraciones coinciden en potenciar la calidad. Los diplomados en Turismo pueden aportar ese factor en la gestión, señala Vera. No sólo en establecimientos concretos, sino en el desarrollo de los destinos: Su modelo de crecimiento -que Vera considera que no van a ser lineales, sino selectivos-; la definición de su frente marítimo; la atención al impacto de los proyectos...

Y los alumnos pueden aportar también sus conocimientos a un elemento que Vera juzga fundamental para la evolución del sector en los próximos años: La reordenación del sector y el territorio desde puestos de la Administración.

La diplomatura, explica Nátcher, descansa sobre dos patas: Una es la del mercado, la competencia, la gestión del negocio. La otra es el territorio. Aprender a "ordenar y planificar el territorio de una forma coherente para que lo aprovechen los extranjeros y también los españoles". La satisfacción de un cliente provendría en su opinión tanto del hotel en el que se aloja como de "las carreteras, del museo que visita o del restaurante en el que cena. Y todo eso exige coordinarse".

Los alumnos tienen salidas profesionales en el sector hotelero y hostelero, en las agencias de viaje -aunque más como forma de autoempleo, opina Nátcher-; en consultorías; en centros de investigación y en las administraciones. Cobran cada vez más importancia las Agencias de Desarrollo Turístico municipales, impulsadas por la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, y las universidades van firmando convenios con consejerías, como con la de Empresa, Universidad y Ciencia y con la de Cultura.

El coordinador de la Universitat de València cita igualmente un caso paradójico. El de la flamante Consejería de Turismo, que sufre lo que considera una especie de parálisis a la que no le sería ajena la lucha de poder entre campistas y zaplanistas, los dos sectores del Partido Popular regional.

Perfil femenino

La diplomatura de Turismo tiene una mayoría abrumadora de alumnas. Un caso extremo dentro de la tendencia general universitaria. 526 de los 661 alumnos de la Universitat de València son mujeres. Y lo son 411 de los 499 de la Politécnica; y 250 de los 320 de la Jaume I de Castellón.

Una hipótesis explicativa, planteada por el coordinador de Valencia, es que en las profesiones relacionadas del Turismo tiene un peso importante el "cara a cara". "Y todavía existe la creencia de que las mujeres tienen más disposición al respecto" y también, añade, parecen preferirla los clientes. "La puesta en escena, las habilidades de comunicación, la educación, que no son privativas, sí parecen ser más generales entre las mujeres".

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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