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Reportaje:

La tramontana se hizo coche

Una empresa ampurdanesa producirá exclusivos bólidos de lujo a precios de vértigo

Sólo un grupo de jóvenes profesionales de alto nivel tocados por el viento ampurdanés de la tramontana podían parir un proyecto tan audaz. En una nave industrial de la planicie ampurdanesa, en Garrigàs, entre el trino de los pájaros y el rumor lejano de algún tractor, ha tomado forma un exclusivo deportivo de lujo que aúna el diseño vanguardista, la mecánica más avanzada y la producción artesanal. Sólo se producirán 12 unidades al año, al precio de 500.000 euros, del vehículo A. D. Tramontana.

La a y la d corresponden a la palabras inglesas advanced design, aunque al diseñador y alma del proyecto, Josep Rubau, que cuenta con el apoyo del director de producción, Jordi Baltasar, le gusta bromear diciendo que significan "aires de tramontana". La presentación del prototipo en el Salón del Automóvil de Ginebra, en febrero, ha generado expectación. La primera unidad se entregará en 2006.

Todo empezó cuando, hace siete años, un coleccionista de coches inglés le dijo a Josep Rubau aquella manida frase de "ya no se hacen coches como los de antes". Graduado en el Royal College of Arts de Londres, Rubau había visto premiado su proyecto de fin de carrera, la moto Miura, una ingeniosa fusión entre moto vanguardista y toro de lidia. Mientras trabajaba en Volkswagen, donde diseñó el prototipo del New Beetle Dune, maduró la idea de formar un equipo de profesionales en su tierra.

El taller de mecánica de Pere Giró, especializado en la fabricación de maquinaria para trabajar el metal, les ofreció el escenario adecuado. "Buscamos un industrial con alta tecnología, capaz de modelar aluminio o acero con tiradas cortas, de manera que no rompiéramos su cadena de montaje al fabricar nuestras piezas", explica Rubau. El espectacular prototipo del A. D. Tramontana ha nacido en este taller, aunque se construirá una nave específica para producir los coches.

El diseño del coche se inspira en la aeronáutica militar, como puede verse en las tomas de ventilación laterales o la disposición en línea de los asientos, y en los antiguos deportivos, que utilizaban materiales nobles, como la madera, el cuero y el oro, con el que se ha modelado la insignia frontal del coche. A muchos les recuerda a un fórmula 1 de estilo retro. Su velocidad, que superará los 300 kilómetros por hora, será muy parecida.La media del equipo del proyecto, formado por seis personas, es de unos 34 años. Unas 80 empresas y particulares han aportado piezas o tecnología al nuevo coche. Los inversores en la empresa, todos ellos catalanes, permanecen en el anonimato.

El perfil del selecto cliente del bólido ampurdanés no parece muy abundante, aunque ya tienen nueve pedidos, más de la mitad de la producción del primer año. Son, según explican, "sibaritas de la automoción con un enorme poder adquisitivo que les permite tener colecciones de más de 100 coches y circuitos privados donde probarlos".

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