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El crecimiento en EE UU se reduce al 3,1% hasta marzo, el ritmo más bajo en dos años

El consumo pierde fuerza, mientras los precios se aceleran y anticipan nuevas subidas de tipos

Estados Unidos registró durante el primer trimestre la tasa de crecimiento más baja en los últimos dos años. El producto interior bruto se moderó hasta el 3,1%, un ritmo calificado como "decente", a pesar de que se queda cuatro décimas por debajo de las previsiones. El problema es que los precios se aceleraron entre enero y marzo, lo que augura que la Reserva Federal (Fed) mantendrá el ritmo de subida de los tipos de interés en un cuarto de punto, hasta el 3%. El temor en el mercado es que se produzca un estancamiento, y así lo acusó ayer Wall Street con una caída del 1,26% del Dow Jones.

El dato del Departamento de Comercio se esperaba con nerviosismo en Wall Street, que ya había rebajado el listón del crecimiento hasta el 3,5% a raíz de los débiles indicadores económicos de las últimas semanas. El resultado oficial queda de momento cuatro décimas por debajo de lo que esperaba el mercado. Pero como indican los analistas, se trata de una primera estimación y se consuelan recordando que el Gobierno suele presentar un primer informe sobre la evolución de la actividad económica más cauto.

A partir de esta premisa, y como viene siendo habitual, el desequilibrio en la balanza comercial sigue siendo el principal freno al crecimiento de la economía en EE UU. A esto se le sumó un relajamiento del lado del consumo y de la inversión de las empresas, según el Gobierno porque el alza en el precio de la energía, obligó a contener el gasto. Todo combinado dio como resultado que el PIB creciera un 3,1%, medio punto por debajo del 3,6% registrado en 2004 y siete décimas inferior al 3,8% del trimestre precedente. Es el dato más bajo desde el 1,9% del primer trimestre de 2003.

El déficit comercial es el principal obstáculo a la evolución de la actividad económica. Restó un 1,5% al PIB en el primer trimestre. La debilidad del dólar frente a sus rivales en el mercado de divisas permitió acelerar las exportaciones en un 7%. Pero las importaciones subieron más del doble durante el mismo periodo, un 14,7%.

El consumo privado, del que dependen dos tercios de la economía estadounidense, creció entre enero y marzo un 3,5%. Un nivel calificado como "fuerte" aunque netamente inferior al 4,2% registrado en el último trimestre de 2004. En las empresas, el gasto se moderó por sorpresa y quedó en un incremento del 4,7%, frente al 14,5% del cuarto trimestre de 2004, debido a una caída en la inversión en equipamiento y material informático, la más débil en los últimos dos años. El incremento de los costes y de la energía está obligando a los estadounidenses a apretarse el cinturón.

Para los economistas, todo lo que esté por encima de una tasa de crecimiento del 3% es reflejo de la solidez de la economía. Pero el principal problema es que el motor estadounidense modera su crecimiento mientras suben los precios. Es la combinación que nadie quiere escuchar en Wall Street y se teme a la estanflación de la economía (recesión de la economía con inflación).

El deflactor del PIB se aceleró hasta el 3,3% durante el primer trimestre del año, la mayor subida desde el mismo periodo de 2001 y un punto superior al dato del último trimestre de 2004. Pero este incremento no tiene aún reflejo en los consumidores, ya que la tasa de inflación cayó al 2,1% frente al 2,7% del trimestre precedente. Con todo esto, la Reserva Federal (Fed) se reúne el próximo martes para revisar su política monetaria.

El repunte en la inflación hizo pensar en un primer momento en que la Fed iba a acelerar, hasta en medio punto, la subida de tipos. Pero la debilidad de los últimos datos económicos rebajaron la tensión y se confía en que el banco central estadounidense seguirá con el ritmo actual de un cuarto de punto, para dejar el precio del dinero en el 3%. Es la manera que tiene la Fed de seguir apoyando el crecimiento económico a la vez que mantiene a raya los riesgos inflacionistas.

La situación con vistas al segundo semestre, sin embargo, se presenta incierta porque el dato de PIB presentado ayer pone en evidencia indicadores que crean a la vez "esperanza" y "miedo" en el mercado. La previsión es que durante los meses de abril y junio se estabilice la actividad económica en torno al 3%.

Empeora el mercado laboral

Otro dato añade incertidumbre a la economía estadounidense: las peticiones semanales de subsidios, que aumentaron en 21.000, hasta los 320.000. Este dato refleja un empeoramiento del mercado laboral de EE UU.

Las Bolsas recibieron ayer con pérdidas los malos datos sobre la economía estadounidense. Los inversores se empeñan en convertir cualquier cifra en un indicio de ralentización de la economía. Por eso, en Wall Street, el Dow Jones se dejaba a media sesión un 0,62%, la misma tendencia seguía el tecnológico Nasdaq que perdía un 0,72%.

En Europa las cosas no eran muy diferentes con la excepción de Londres y Madrid. Mientras el parqué madrileño firmaba un triste empate, la Bolsa londinense cosechaba unas tímidas ganancias, 0,02%. El Ibex 35, el índice que agrupa a los principales valores de la Bolsa española, mantuvo la cotización y sólo recupero un exiguo 0,004%. Los 9.000 puntos aún quedan por encima. El índice general de la Bolsa de Madrid bajó un 0,01%. El resto de plazas europeas emularon a los mercados estadounidenses. París retrocedió el 0,41%. En Francfort, el Dax se dejó un 0,26% al igual que Milán que cedió el 0,24%.

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