Cientos de miles de mexicanos marchan en favor de López Obrador
El alcalde de la capital asegura que sigue en la carrera por la presidencia
Cientos de miles de personas participaron ayer en la capital mexicana en la llamada Marcha del Silencio en favor del alcalde Andrés Manuel López Obrador, contra el que consideran que se ha desatado una persecución para apartarlo de la carrera por las elecciones presidenciales de 2006. En la plaza del Zócalo de Ciudad de México, López Obrador anunció que regresará "legalmente" a la batalla por la Jefatura del Estado. Hace dos semanas el Parlamento le retiró la inmunidad constitucional para ser juzgarlo por desacato.
No había a última hora de ayer cifras oficiales de participación en la manifestación que partió del Museo de Antropología y llegó al corazón de la ciudad, pero el Zócalo y todas las calles adyacentes estaban abarrotadas. Un canal de televisión insinuó la cifra de 300.000 personas. En varias ciudades extranjeras, como Berlín, París, Barcelona y Madrid, hubo actos de apoyo a López Obrador.
Jurídicamente, el desafuero del alcalde por desacato, en relación con una disputa de terrenos, está entrampado en una maraña de jueces, fiscalía y legisladores. El viernes pasado un juez de distrito de lo penal no admitió la petición de la Procuraduría General de la República (PGR) para que López Obrador se presentara ante el juzgado y devolvió el caso al Ministerio Público. Por su parte, la Corte Suprema todavía no ha resuelto la controversia constitucional que presentó la Asamblea Legislativa del Distrito Federal sobre los derechos políticos del jefe de Gobierno municipal.
En consecuencia, el alcalde ha optado por regresar a su despacho, donde a partir de hoy volverá a supervisar las obras y programas del Ayuntamiento. Ante sus incondicionales, el precandidato presidencial del Partido de la Revolución Democrática (PRD) pidió "tres compromisos fundamentales" para seguir con su campaña a lo largo y ancho de México: seguir defendiendo el derecho del pueblo a elegir libremente a sus gobernantes, evitar la provocación y orientar todos los actos por la vía pacífica, y convencer a más gente hasta lograr la transformación política, económica, social y cultural que requiere el país. Un estruendoso sí se escuchó en la plaza tras cada una de las tres preguntas. "Así será", concluyó el aspirante a presidente de la república.
Discurso electoral
En su discurso, López Obrador no se entretuvo en los vericuetos jurídicos del caso y aprovechó la ocasión para hablar de lo que parecía un plan de Gobierno. Se mostró moderado, conciliador y generoso con sus adversarios políticos. Propuso un pacto con "todos los sectores de buena voluntad para los cambios que demanda el país". Dijo en tono solemne que el primer punto de la agenda para la transformación de México "es el combate a la pobreza". Reclamó una reforma del poder judicial, como ancla del sistema democrático, para lograr "la independencia y rectitud de jueces y magistrados". Describió como imperativo la consolidación de las instituciones y el mantenimiento del Ejército como institución para la defensa de la soberanía nacional.
Habló de economía y propuso como receta para el crecimiento y la creación de empleo la construcción de muchas obras públicas. Se refirió a la necesidad de modernizar el sector energético, especialmente el petrolero, sin que ello signifique, puntualizó, la privatización. Se esforzó en transmitir un mensaje tranquilizador a aquellos sectores que más recelan del populismo de López Obrador. "No hay motivo para que nadie se alarme con nuestro proyecto. No odiamos ni buscamos venganzas. No vamos a perseguir a nadie, no daremos consignas al Poder Judicial y nunca vamos a apostar por destruir a nuestros adversarios". Era una clara referencia al presidente Vicente Fox, a quien el alcalde atribuye el origen de todos sus males.
Con la vuelta al trabajo, el jefe de Gobierno del Distrito Federal observará desde hoy el desarrollo de los acontecimientos en las esferas política y judicial -está por ver si un juez ordena su detención-, mientras anima a sus seguidores a mantener vivo el Plan de Resistencia Civil, anunciado en el mismo escenario del Zócalo el pasado 7 de abril, horas antes de que los diputados votaran el desafuero.
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