"Lo más importante era llegar a las fuentes y escuchar"

Las redactoras del diario El Comercio, de Gijón, Leticia Álvarez, de 34 años, y Rosana Lanero, de 25,obtuvieron ayer el premio Ortega y Gasset a la mejor labor periodística por sus trabajos sobre la trama asturiana de venta de los explosivos utilizados por los terroristas islamistas en los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid.

El trabajo premiado es el compendio del seguimiento realizado por ambas redactoras sobre los protagonistas asturianos que se vieron involucrados en el suministro de la dinamita a los terroristas, así como sobre los confidentes policiales que apuntaban a la presunta existencia de tráfico de explosivos en la región desde al menos tres años antes, y sobre los profesionales de la Policía y la Guardia Civil que en Asturias investigaron tales informaciones.

Entre las aportaciones, Álvarez destaca las primeras entrevistas al confidente policial Francisco Javier Lavandera y a su mujer, Elisángela Barbosa Lorena, que luego murió ahogada en la playa de Gijón; y las declaraciones de los guardias civiles que participaron en la investigación de las primeras denuncias sobre un posible mercado ilegal de explosivos, así como del agente que grabó alguna de esas conversaciones con informadores del cuerpo y con el guardia civil que localizó tiempo después una de esas grabaciones. Lanero subraya el gran esfuerzo realizado para la "contextualización de la información, sobre todo hablando con los protagonistas de los hechos". "Lo más importante", agrega, "era llegar a las fuentes de primera mano y escuchar todas las versiones".

Satisfacción y orgullo

Leticia Álvarez, gijonesa, casada y madre de dos hijas, se licenció en periodismo por la Universidad de Navarra y ha estado vinculada siempre a El Comercio, donde ha estado asignada a las secciones de sociedad, cultura, sucesos, local, actualidad política y a la cobertura sobre los príncipes de Asturias. Álvarez expresó ayer su satisfacción con el galardón, cuya consecución considera "un orgullo", no sólo por lo que tiene de reconocimiento a un trabajo profesional, sino "porque lleva el nombre que lleva", en referencia al filósofo Ortega y Gasset, y "por concederlo un periódico como EL PAÍS".

Lanero, leonesa, soltera, estudió periodismo en Salamanca y realizó el máster de periodismo del grupo Vocento, en Bilbao. Hizo prácticas en Diario de León y desde hace dos años trabaja en la sección de sucesos y tribunales de El Comercio.

"Para mí es un orgullo impresionante", declaró Lanero. "Nos ha costado mucho trabajo, muchas horas y mucha entrega, no sólo a nosotras, sino a otros muchos compañeros del periódico que nos apoyaron en todo momento, sobre todo en las etapas difíciles, porque fueron días de mucha tensión informativa y de responsabilidad, y era muy importante hacerlo bien y demostrar que un periódico como El Comercio podía dar una buena información sobre lo que estaba ocurriendo".

Según Álvarez, "en el seguimiento periodístico del 11-M se está haciendo un buen trabajo en general, al menos en determinados medios, que están haciendo un esfuerzo por saber lo que hay detrás". Para tener una buena información, agrega Rosana Lanero, "creo que es necesario leer muchos periódicos".

Álvarez asegura que ambas pretenden rastrear todas las conexiones y relaciones que convergen en el caso 11-M, aplicando el mismo método de trabajo: "Cada una recurre a sus propias fuentes y luego ponemos en común el trabajo. No trabajamos con un reparto previo de tareas, sino que cada una llama aquí o allá, indagamos por un lado u otro, tratando de hacer el seguimiento de cómo se fue desmontando la trama asturiana. Lo importante es hacer un trabajo continuado". El Comercio, fundado en 1878, es el diario decano de la prensa asturiana.