La crisis resucita el fantasma de la fragmentación de los partidos

Bastó una crisis de gobierno para que resucitaran, como si no hubiera pasado nada y como si el ensayo de bipartidismo fuera un simple arreglo provisional, los viejos fantasmas de la política italiana. En teoría, dos grandes coaliciones con dos líderes claros, Silvio Berlusconi y Romano Prodi, se disputan el poder con un sistema electoral mayoritario. Pero bajo el manto de esas coaliciones, mucho menos estables que la antigua Democracia Cristiana, bullen en el Parlamento grupos, grupitos y microgrupos dispuestos a aprovechar cualquier situación para aliarse y desaliarse.
Para cumplir el rito constitucional, el presidente Carlo Azeglio Ciampi tuvo que convocar al Quirinal, por ejemplo, a toda la Casa de la Libertad (no confundir con la Casa de las Libertades berlusconiana), compuesta de Salvatore Lauro, sin más. La Casa de la Libertad, uno de los electrones libres dentro de Forza Italia, fue precedida por una formación el doble de grande: el Movimiento Idea Social, grupo parlamentario con dos miembros. La senadora Helga Thaler Ausserhofer, del partido regional Partido Popular Surtirolés, tuvo derecho a dos entrevistas con Ciampi: una, como representante de ese grupo, otra, como presidente del Grupo por la Autonomía del Senado.
Otras minorías parlamentarias que gozaron de su momento de importancia fueron La Cantera, compuesta por el ex dirigente comunista Acquille Occhetto y su secretario; la Unión Autonomista Ladina de Giuseppe Detomas; los Ecologistas Democráticos (en realidad un subgrupo democristiano) y los Liberal-Demócratas.
Cada uno de estos grupos tuvo derecho a 10 minutos con Ciampi, que incluían saludo, café y despedida.
La tendencia italiana a la fragmentación es una de las razones invocadas por Silvio Berlusconi para justificar la reforma de la Constitución, que, además de implantar un sistema federalista (si llega a aprobarse), se propone reforzar el poder ejecutivo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Finabien Paisano: las claves del programa dirigido a migrantes que envían remesas
El Valencia Basket, muy incómodo en Israel, cede ante el Maccabi
Estados Unidos sanciona a 29 buques de la “flota fantasma” iraní y endurece la presión sobre Teherán y Venezuela
El Athletic sufre en Ourense y el Burgos se carga al Getafe
Lo más visto
- Los hijos de Isak Andic negocian un acuerdo para pagar 27 millones a la pareja del empresario y cerrar el conflicto por el legado
- Irene Escolar: “Si la gente se droga es porque encuentra en ello una anestesia que necesita. Negarlo es absurdo”
- El Supremo condena a ‘Okdiario’ y a Eduardo Inda por intromisión en el honor de Iglesias al acusarle de cobrar de Venezuela
- La población de pumas de la Patagonia se dispara gracias a una presa inesperada: los pingüinos
- La asociación mayoritaria de guardias civiles no está de acuerdo con la DGT en sustituir los triángulos por la baliza V16




























































