Un pleno escachifollado

Los parlamentarios andaluces y sobre todo los responsables de los grupos deberían tomar buena nota del pleno celebrado el miércoles y jueves pasado. A falta de proyectos legislativos del Gobierno, que mantiene su previsión de enviar a la Cámara 63 leyes en los cuatro años de legislatura, los órdenes del día se llenan de comparecencias de consejeros, bien a petición propia o de la oposición, cuando este trámite podría celebrarse en comisión. Si además, las preguntas que dirigen los portavoces de la oposición al presidente de la Junta decaen, como ocurrió ayer porque Manuel Chaves acompañó al Rey en su visita a la factoría Renault de Sevilla, el pleno ordinario se convierte en muy ordinario, fallido, escachifollado [María Moliner: malograrse una cosa], sin apenas interés ni entre los propios diputados que, como no tienen que votar, se sienten menos obligados a permanecer en sus escaños escuchando las intervenciones, la mayoría de ellas leídas.

A la espera de que se reforme el Reglamento de la Cámara y la sesión de control pase a estar protagonizada mayoritariamente por la oposición, la que se celebró ayer fue un intercambio de preguntas pelotilleras de los diputados socialistas al Gobierno y las supuestamente más incisivas del Partido Popular, cuyos diferentes portavoces, con la colaboración de los consejeros, convirtieron la sesión de control al Ejecutivo en un turno de alusiones personales y en un espectáculo.

Todo empezó cuando la consejera de Salud, María Jesús Montero, hizo una referencia sin venir a cuento a la vicesecretaria del PP, Esperanza Oña, de la que dijo que "miente y ni siquiera pide perdón" por acusar falsamente de nepotismo a la responsable de Gobernación en un pleno anterior. Oña pidió la palabra por alusiones: "Ya basta de decir que la señora Oña miente. Hasta que el señor Zarrías no pida perdón a Javier Arenas por decir cuánto dinero se llevó de Cárnicas Molina no tendrán derecho moral para exigir perdón", dijo.

Minutos después el portavoz popular, Antonio Sanz, acusó de "sectarismo" a la vicepresidenta segunda del Parlamento, la socialista Petronila Guerrero, por no dar la palabra a su compañero Salvador Fuentes, quien también por alusiones quiso intervenir. Fuentes hizo un comentario a micrófono cerrado cuando la socialista Cinta Castillo inquirió a la consejera de Cultura, Rosa Torres, su opinión sobre una sentencia sobre el castillo de Gibraleón, ayuntamiento gobernado por el PP. "Le va a parecer magnífica", comentó Fuentes, sentado justo detrás de la consejera. Torres utilizó esta frase irónica en su favor y afirmó en el pleno que como había dicho el diputado popular la sentencia le parecía magnífica. Sanz presentó luego una protesta formal a la presidenta del Parlamento, Mar Moreno, por supuesto trato discriminatorio con el grupo popular.

Otro diputado del PP, Luis Martín Luna también pidió turno de alusiones cuando el consejero de Empleo, Antonio Fernández, lo llamó "tonto" y "torpe" por "ignorar" los datos de crecimiento de empleo. "En base a qué artículo pide la palabra, señor Martín Luna", le instó la vicepresidenta para darle turno de alusiones. "Ahí tiene usted todo el reglamento para que usted lo encuentre", fue la respuesta del popular quien tras obtener el permiso exigió al consejero que le pidiera disculpas, no sin antes reprocharle a Guerrero que no lo hubiera amparado. "Como yo no soy de la escuela de Esperanza Oña, retiro la palabra tonto", concedió el titular de Empleo.