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EL FUTURO DE EUSKADI

Ibarretxe se declara consciente de estar ante la "última oportunidad"

El 'lehendakari' aceptaría para su investidura el voto de EHAK

El lehendakari en funciones, Juan José Ibarretxe, definió ayer así el mapa dibujado por las elecciones: "El tablero con más oportunidades que hayamos tenido nunca para conseguir la paz y la normalización", y admitió que será su "última oportunidad". Ibarretxe apuntó a la reedición de su Gobierno tripartito, con una "relación específica" con Aralar, y admitió la posibilidad de ser investido con los votos de EHAK, sin exigencia alguna sobre el terrorismo.

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Ibarretxe compareció distendido y paciente; tanto, que prolongó durante dos horas un encuentro informativo previsto para la mitad del tiempo. Al principio de su exposición dijo que se encuentra ante su "última oportunidad", aunque se igualó en esa situación a toda una generación política, en la que incluyó desde al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, hasta al líder de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi. Si ahora no se logran la paz y la normalización, tendrá que haber un relevo de dirigentes, sentenció.

En las antípodas de la apariencia de quien lame sus heridas o se instala en el lamento, se mostró tan entusiasta del resultado electoral como si hubiera logrado la mayoría absoluta que pedía. Hasta el punto de calificar a la sociedad vasca de "endiabladamente inteligente" por haber pintado un mapa tan complicado. Pese a haber supuesto para él la pérdida de 140.000 votos (del 42,7% al 38,6%) y de cuatro escaños respecto a 2001, que dificultan su investidura, definió la situación como "el tablero con más oportunidades que hayamos tenido nunca".

Sin embargo, no tuvo explicación sobre los motivos por los que el electorado le ha dejado en una situación mucho más debilitada, ni aceptó que se trate de un mensaje para variar en algo su posición. Incluso mencionó su plan soberanista como el elemento de negociación con Zapatero, "mientras no haya otro" con más apoyos en el Parlamento vasco.

Ibarretxe hizo hincapié en el liderazgo electoral que ha mantenido la coalición PNV-EA para justificar su paso al frente, tanto para formar Gobierno como para dirigir un proceso que conduzca a la paz y la normalización. Mantuvo idéntico discurso que el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, la víspera, al supeditar la formación de mayorías de gobierno a los acuerdos en esas dos cuestiones y al descartar unas nuevas elecciones. Del mismo modo que Imaz, y pese a su afirmación formal de que espera a las reuniones de la semana próxima para ver sus posibilidades, dejó la impresión de tener decidido formar Gobierno con sus socios del tripartito (EA y EB), con el añadido de "una relación específica" con Aralar, y la búsqueda de acuerdos puntuales con el resto: PP, PSE y EHAK.

Pero también dejó la puerta abierta a incorporaciones a medio camino, y citó las elecciones municipales de 2007 como el momento de abordar "pactos globales". Toda vez que, según sus cálculos, será en esos comicios cuando se recupere la "normalidad" de la vuelta de Batasuna a unas elecciones y a la representación propia en las instituciones. Fue la única alusión que permitió vislumbrar indirectamente una preferencia dentro de la equidistancia en la que situó a EHAK y el PSE.

Ibarretxe fue contundente y no dejó resquicio a la duda sobre la legitimidad de ser investido con los votos de EHAK, algo que le hará falta si el PSE presenta su candidato y el PP lo apoya y nadie se retira para evitar el bloqueo del empate a 33 escaños. "Les exigiré lo mismo que les ha exigido Zapatero para presentarse a las elecciones", respondió al interrogante de si reclamará a ese grupo una condena explícita del terrorismo.

En lo inmediato, dijo que la semana próxima tanteará simultáneamente los apoyos que puede recabar para la investidura y las posiciones de cara a los procesos de negociación más complejos y a medio plazo. También aclaró que mantendrá una doble interlocución con EHAK y con el portavoz de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, tal y como ha hecho en esta primera ronda. Lo justificó en la existencia de una doble dimensión de la izquierda abertzale, la parlamentaria (EHAK) y la política (Batasuna).

El <i>lehendakari,</i> Juan José Ibarretxe, durante su comparecencia en Vitoria.
El lehendakari, Juan José Ibarretxe, durante su comparecencia en Vitoria.L. RICO

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