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Mohamed Chaib relata en su último libro su paso de inmigrante a diputado catalán

Mohamed Chaib, el primer diputado de origen árabe y musulmán en el Parlament, repasa en Enlloc com a Catalunya (Empúries) las peripecias y los problemas que han marcado su vida, su integración en Cataluña y su entrada en la política. La vida de Chaib, nacido en Tánger, ha estado marcada siempre por Marruecos y Cataluña, sus dos tierras, ya que a los cuatro años viajó con sus padres a Sant Boi de Llobregat. Con esta narración autobiográfica, Chaib pretende fomentar el acercamiento entre la cultura árabe y la occidental porque considera que son dos mundos entre los que existe una gran separación y un profundo desconocimiento. El autor no puede entender que "alguien defienda que una cultura es mejor que otra".

Después de unos años en Sant Boi y debido a un conflicto político entre España y Marruecos, Chaib se ve obligado a volver a Tánger en 1975. Mohamed Chaib explica en este libro cómo le costó adaptarse a su nuevo barrio, donde los chicos le llamaban "el español". Pero el diputado del PSC-CpC cree en almaktub, el destino que guía nuestras vidas, y considera que su vuelta a Marruecos le permitió conocer la cultura árabe. Allí, además, conoció a un joven marroquí que había estudiado en el Instituto Español de Tánger y que le habló de la posibilidad de estudiar en castellano. Esta formación le permitió volver a España y estudió Farmacia en Granada y Barcelona. "Pero al regresar a Sant Boi", explica, "volvía a ser inmigrante en mi país de acogida, que resultaba ser también de origen, porque es donde había vivido de pequeño" .

Chaib no se considera un inmigrante de segunda generación, sino plenamente catalán. Cuando volvió a Sant Boi comprobó lo mucho que sufrían los inmigrantes para que se les reconocieran sus derechos. Por este motivo, decidió fundar la asociación cultural Ibn Batuta, que trabaja por la integración. Chaib espera que su labor social y la publicación de Enlloc com a Catalunya sean una aportación más a la cultura catalana y contribuyan al diálogo y la convivencia. El autor lamenta que en algunos países la integración sea tan complicada y que los jóvenes acaben rebelándose contra el país al ver que sus padres siguen siendo inmigrantes tras años de residencia. Además, quiere "que vean que se puede llegar a la vida política o acabar unos estudios universitarios". "Todo esto es posible en Cataluña", dice.

Según Chaib, al principio cuesta entrar en la sociedad catalana, pero "ésta se abre cuando ve que hacemos un esfuerzo por integrarnos y aportar cosas", afirma.

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