Danny Boyle reivindica en 'Millones' el inmenso poder de la imaginación

Paseó por los pasillos del Prado y se detuvo horas frente a los cuadros de El Greco para tratar de inspirarse en sus escuálidas figuras y poder llevarlas a la pantalla con la mayor fidelidad posible. El director Danny Boyle, uno de los cineastas británicos de mayor reconocimiento en los últimos años por ser autor de películas como Trainspotting y 28 días después, presentó ayer en Madrid Millones, una película que define como "un alegato a favor de la imaginación y la fantasía de los niños. Son los únicos capaces de llevar a la realidad lo que sueñan en su mente".

"He ganado mucho dinero con mis películas anteriores, pero no me he dejado influir por ello, ni tampoco me importa demasiado el reconocimiento. Me gusta hacer bien mi trabajo y pasármelo estupendamente con mi familia, que es lo que verdaderamente me importa en esta vida", aseguró ayer Danny Boyle (Manchester, 1956) en Madrid ante cuatro periodistas.

Explica que Millones le "entusiasmó" desde que Frank Cottrel Boyce le hizo llegar el guión. "Me gustó desde la primera línea porque era una historia y un mundo que me resultaban muy cercanos. Soy católico y me eduqué en colegios estrictos, donde la relación con los santos era muy próxima, y más para mí, que hasta los 14 años quería ser sacerdote".

Millones narra las peripecias de dos hermanos, Damian y Anthony Cunningham, que poco después de la muerte de su madre encuentran una bolsa repleta de libras. El problema es que Gran Bretaña está a punto de aceptar el euro como moneda, por lo que los hermanos deberán decidir qué harán con las libras antes de que dejen de estar en circulación. Anthony, bastante menos idealista que su hermano, duda entre comprar juegos digitales, móviles de última generación o invertir en negocios inmobiliarios. El hermano pequeño (Damian), que tiene frecuentes y constantes visiones de santos, decide destinar su dinero a varias ONG. "Yo hubiese querido que los santos se asemejasen a los de El Greco, pero hacerlos igual era muy caro. He tratado de que al menos la estética fuese lo más cercana posible", apunta el cineasta británico.

Bondad

Boyle recuerda que es "la imaginación del niño pequeño la que es capaz de crear un mundo imaginario por su bondad y por su aspiración a la santidad. Mi película trata de rendir homenaje a ese aspecto de la infancia: es una celebración de nuestra parte más soñadora. Siempre hay gente muy realista, pero hay otra que es capaz de llevar un ideal hasta el final".

Millones, según su autor, es una película para toda la familia y "eso es un giro con respecto a las películas que había hecho anteriormente. Tumba abierta, por ejemplo, era una película muy cínica sobre el poder de distorsión del dinero hecha en los años noventa, pero las cosas han cambiado, y aunque Tony Blair tiene muchos aspectos negativos, como su política exterior, sí ha intentado volver a una cierta sensibilidad social, por eso el país ha cambiado a mejor y no se podría hacer el mismo tipo de película que en aquella época".

Danny Boyle, que ha trabajado con estrellas como Leonardo DiCaprio o Ewan McGregor, cree que la experiencia de rodar con niños es "fantástica". "Son geniales. Inicialmente, cualquier director cree que tiene que estar todo muy marcado y que las cosas deben estar claras con ellos, pero cuando les dejas que vayan a su aire te sorprenden. Hay algunos fantásticos. El hermano mayor (Lewis Owen McGibbon) es un genio, un actor con unas dosis de comicidad increíbles, y el pequeño (Alexander Nathan Etel) es tal y como se ve en la pantalla. Cuando en una escena les puse delante del ordenador para que buscaran sujetadores no daba crédito de su comportamiento. Fue todo muy divertido".

Frank Cottrell Boyce convirtió después su guión en una novela, Lluvia de estrellas, editada en España por Salamandra.